San Zacarías el egipcio, monje. 24 de marzo.
Fue Zacarías hijo de un tal Carión, el cual un buen día abandonó a la mujer y sus hijos para irse al Desierto a vivir como un eremita. Ese mismo año hubo una gran hambruna en el país y la esposa tomó a los dos niños y se fue al desierto, donde halló a Carión. Se quejó de la tribulación que habían padecido por la hambruna y le entregó los niños. Pero Carión le dijo, "Dios ha dividido a los dos niños por sexos para que los dividamos entre nosotros. Llévate a la niña y deja al niño conmigo". Y la mujer se fue con la niña.Carión entonces se llevó consigo a Zacarías, y ambos ingresaron en la comunidad monástica que había sido fundada por San Macario el Grande (15 de enero). Al entrar al cenobio San Moisés el Etíope (28 de agosto y 1 de julio) vio descender sobre el niño una blanca paloma. Al poco tiempo el niño Zacarías ya adelantaba a su padre en la piedad, la obediencia y el desapego. Incluso los monjes venerables le pedían consejo, pero el niño era tan prudente, que jamás aconsejaba, sino que guardaba silencio y oraba por quien le inquiría. Solo cuando la obediencia le obligó a contestar, abrió la boca, y fue para siempre dar oportunos consejos a las almas, profetizar o entonar alabanzas. Cuéntase que San Macario le preguntó sobre que era ser un verdadero monje. Zacarías se limitó a tirar su sombrero de trabajo al suelo y respondió: "Sólo cuando alguien está igual de quebrado, pisoteado y arrastrado por el suelo puede llamarse a sí mismo monje".
Al llegar a la pubertad se convirtió en un joven hermoso. Tanto, que algunos monjes comenzaron a decir de él que les perturbaba como una mujer. Y Zacarías entonces se metió en un lago de aguas sulfurosas y estuvo tanto tiempo allí, que al salir estaba tan llagado y su piel tan manchada, que ni siquiera su padre pudo reconocerlo. Un domingo, luego de comulgar, el santo monje San Isidoro (15 de enero) tuvo una visión en la que veía al santo adolescente resplandecer de virtud, y declaró a los monjes: "El domingo pasado nuestro hijo Zacarías comulgó como un hombre, ahora lo ha hecho como un verdadero ángel”. También nos cuentan los antiguos que Carión dijo de su hijo: "He peleado mucho en el combate, pero nunca he alcanzado la medida de mi hijo Zacarías".
Dícese que, estando para morir, tuvo visiones celestiales, que le dejaban extático. Como guardaba silencio sobre ello, su abad le preguntó, curioso: "¿Qué ves, mi niño?". Zacarías solo le preguntó "¿Es apropiado que rompa el silencio a esta hora?". Y a la respuesta negativa del abad, volvió a guardar silencio sobre lo que veía y al poco murió dulcemente. Fue sobre el año 400.
La mayoría de versiones nos dicen que Zacarías murió muy joven, aún adolescente, mas sin embargo, otras versiones de su “vita” nos dicen que vivió cerca de 50 años de vida monástica. En la iconografía y los sermones piadosos sobre su persona, siempre se nos pinta como un anciano.
Fuente:
- https://www.cambridge.org
A 24 de marzo además se celebra a:
S. Catalina de Suecia,
religiosa
San Donard de Maghera,
ermitaño
Santa Hildelith,
viuda y abadesa
San Simon de Trento,
niño mártir