Herodiano y la muerte del emperador Cómodo

El funcionario del gobierno romano de nombre Herodiano, escribió la Historia de Roma, considerada una de las más fidedignas y relató lo sucedido con el emperador Cómodo. Fue testigo de los acontecimientos sucedidos, después de la muerte de Marco Aurelio, hasta que heredó el trono Gordiano III en 238 d.C.

Fue el comienzo de la Decadencia del Imperio Romano, que pudo visionar entonces Herodiano. Así describe al hijo de Marco Aurelio, el emperador Cómodo, conocido en nuestros días por la popular película Gladiator. Este gobernante es recordado por promocionar los combates entre gladiadores y divulgar la noticia de que él mismo, mataría a distintos animales salvajes en las luchas romanas, típicas de aquellos años. Por tal motivo llevaban bestias de varios países como Etiopia o India, entre otros, para que el emperador demuestre su destreza luchando con ellas. Pero sus combates, fueron vergonzosos y ofrecía un espectáculo muy lamentable. Se enfrentaba con las fieras, pero no tomaba las armas contra los barbaros, motivo por el cual lo criticaba su pueblo.

Su locura llegó al punto de trasladarse a vivir en la escuela de gladiadores y ordenar a sus súbditos, que lo llamarán como un famoso luchador de su tiempo. Un tirano que exigía, ser tratado como un semidiós alegando ser descendiente de Hércules. El pueblo creía necesario, terminar con las locuras del emperador Cómodo, que durante las fiestas romanas decidió vestirse como gladiador y ser escoltado por varios luchadores, dejando la tradición y las costumbres, sobre las elegantes vestimentas para las celebraciones de los sacrificios. Su cortesana Marcia, que era considerada como legítima esposa y tenía un trato con honores, cuando se enteró de su nueva locura, no dudo en suplicarle que no se expusiera de esa forma. Por este motivo, llamó a su prefecto Leto y al chambelán llamado Eclecto, quienes también rogaron al monarca no acudir así vestido.

Enfadado por las peticiones, decidió esa misma noche previa a los festejos, escribir los nombres de su amante y sus servidores, para que fuesen ejecutados antes de que amaneciera. Detalló los nombres de Marcia, Lecto y Eclecto en una tablilla, que dejó en la habitación creyendo que nadie entraría. Mientras se duchaba, entró uno de los niños del palacio, era un paje que cogió la tablilla para jugar y Marcia lo encontró con ella. Cuando vio que su nombre, junto al de los otros dos funcionarios, estaba escrito para su ejecución, no dudo en comunicarles a ellos su hallazgo. Fue entonces cuando los tres, acordaron anticiparse al trágico suceso, y decidieron envenenar al emperador Cómodo. Marcia se comprometió a suministrárselo veneno, ya que siempre le servía su copa de vino.

Cuando regresó de su baño el gobernante, Marcia le sirvió la copa que no dudó en beber, porque era una costumbre habitual entre ambos. Inmediatamente le sobrevino un sueño profundo y se recostó, creyendo que se encontraba muy cansado. La mujer salió de la habitación y ordenó que no molestarán al monarca y lo dejarán descansar, previendo así el tiempo para que el veneno surtiese su efecto. Pero como sus borracheras eran frecuentes, y estimando que pudiese devolver la ingesta, como era costumbre en Cómodo por su embriaguez. Los tres condenados no dudaron ante esta suposición, en prometer a uno de los sirvientes más fuertes, una recompensa para estrangular al emperador Cómodo.

El joven llamado Narciso, irrumpió en la habitación donde se encontraba su señor, lo encontró abatido por el efecto que surtía el efecto en su organismo y sin piedad, apretó su cuello hasta provocarle la muerte. Así aconteció la muerte del emperador romano, que gobernó trece años después de su padre Marco Aurelio. Un hombre que por su porte, elegancia y belleza física, era muy aventajado entre los de su época, de quien se comentaban sus cualidades y destrezas, además de su reconocida puntería. Todo esto quedó totalmente desprestigiado con sus actitudes y su conducta por demás vergonzosa, conocida por sus súbditos. Una muerte redactada por la versión de Herodiano, confiable historiador de la época del Imperio Romano.