Cuando se menciona la palabra héroe, todos pensamos automáticamente en Batman, Superman, Spiderman y compañía. Pero estos no son héroes de verdad son personajes de ficción. Y no son los héroes de los que quiero hablar.
Hay héroes en cada casa, en cada familia, en cada esquina pero no van con capa o mallas ajustadas. Héroes cotidianos: madres, padres, hijos, personas. Que se enfrentan a lo que la vida les va deparando con la actitud que sólo corresponde a un héroe: con valor, mucho valor y sobre todo con una sonrisa en la cara aunque estén pasando por un calvario.
Madres que no tienen que dar de comer a sus hijos, padres que están desesperados por buscar un trabajo, gente que no tiene casa, etc. Tal como está la vida hoy cada vez son más los héroes. Por desgracia.
Mujeres que sacan adelante a sus familias, cuidan a sus padres ancianos, trabajan y a las que nunca les ves una mala cara.
Podría estar horas hablando de héroes cotidianos. Todos conocemos a varios.
Hay personas que tienen una vida complicada porque pasan enfermedades y sufren tratamientos, operaciones, malos ratos y nunca los ves quejarse, ni protestar por lo que les está tocando vivir. A veces son casi niños, pero viven su vida como grandes hombres, con un par de huevos (perdón por la expresión).
De esas personas es de las que de verdad se aprende una lección. Aprovechan cada momento para disfrutar de lo que tienen y sobre todo viven la vida haciendo felices con su cariño y su sonrisa a todos los que están a su alrededor. No quieren que las personas que los quieren sufran por ellos y se callan y aguantan.
Es fácil quejarse, la verdad, todos nos quejamos alguna vez, por tonterías, por pamplinas que al poco tiempo dejan de tener sentido. Por eso aprendemos de nuestros héroes. Porque ellos que tienen motivos para quejarse de verdad nunca, nunca, lo hacen.
Y cuando se van y descansan de todo lo que han sufrido el hueco que dejan es tan grande… pero sobre todo nos dejan su ejemplo y su valor para enfrentarnos a todo lo que nos queda por vivir. Ese es su legado: su vida, su valor, su alegría, sus ganas de vivir a toda costa.
Hoy escribo esto por mi Héroe particular. Va por ti Ale.