Hidden Gems…Por César del Campo de Acuña
Marginados de las aventuras en tercera persona – Enslaved: Odyssey to the West
Si ha habido dos géneros que han dominado claramente la anterior generación de consolas esos han sido, sin lugar a dudas, los shooters y las aventuras en tercera persona. Raro era el mes que no se dejaba ver por las tiendas y grandes superficies un nuevo título perteneciente a las anteriormente mencionadas categorías tratando de captar a algún incauto. Si bien es cierto que el aficionado a los videojuegos hoy por hoy está más informado que nunca, en ocasiones medios que dicen ser independientes inflan puntuaciones de determinados juegos y masacran a otros sin piedad con claras intenciones de contentar a aquellos que les pagan por ensalzar sus lanzamientos. ¿Pero qué ocurre cuando prácticamente toda la crítica especializada alaba un juego y este por diferentes motivos no cumple con las expectativas de ventas? Pues que tenemos un caso Enslaved: Odyssey to the West, un título desarrollado por Ninja Theory (responsables de Heavenly Sword, uno de los primeros lanzamientos para PS3) y lanzado al mercado por Namco Bandai en 2010, que lo tenía todo para triunfar pero que, desafortunadamente para aquellos que lo hemos disfrutado, no cumplió con las expectativas y no termino convirtiéndose en una saga.
Pero ¿si todo el mundo en la industria pensaba que era un título interesante, por qué no intereso al aficionado? Personalmente creo que en el caso de Enslaved: Odyssey to the West nos encontramos en un caso claro de no haber estado en el lugar idóneo en el momento clave. Yo mismo estuve a punto de hacerme con él pero termine adquiriendo Castlevania: Lords of Shadow, que salió el mismo mes. Con el tiempo, lo encontré a un excelente precio en una tienda de segunda mano y no dude ni un segundo en adquirirlo para mi colección. En sí, el juego es una reinterpretación de Viaje al Oeste, una de las cuatro obras clásicas grandiosas de la literatura china (que entre otras cosas inspiro a Akira Toriyama para crear Dragon Ball) en la que el jugador se pone en la piel de Monkey, un huérfano que se crio en la selva al que Trip, una chica a la que conoce en su huida de una nave esclavista, obliga a llevarla a su casa utilizando una diadema de control mental. Para superar la larga peregrinación Monkey podrá correr, luchar con su bastón, trepar, saltar, volar sobre su dispositivo cloud (una suerte de nube) y cuidar de Trip, ya que si ella muere el morirá.
Una vez nos ponemos a los mandos, lo primero que nos puede llamar positivamente la atención son los detallados escenarios, su colorido y lo luminosos que resultan. Han de saber, si no han jugado a este recomendable título, que la acción se sitúa en un futuro distopico en el que la humanidad ha sido prácticamente extinguida y vaga por el páramo formando pequeñas colonias que subsisten como pueden tratando de evitar a los temibles Mecas, unos autómatas creados para la guerra que asolo el planeta y que aún siguen programados para matar humanos y con esto quiero decir que, a diferencia de videojuegos de ambientación similar, en lugar de encontrarnos un mundo marchito y desolador, encontramos los cimientos de una civilización en ruinas sobre la que la naturaleza se abre camino. La explosión visual de un refulgente color verde llena la vista y consigue transportarnos a un paraje exótico a la par que familiar. Pero dejando a un lado su cuidada presentación visual hay que decir que los primeros minutos al mando controlando a Monkey se hacen extremadamente amenos, ya que su control (bastante bueno durante la mayor parte de la aventura y de las diferentes situaciones) es muy fácil de asimilar para cualquier jugador familiarizado con las aventuras en tercera persona.
Aparte del notable control y el grato aspecto visual, otro campo en el que Enslaved: Odyssey to the West destaca es en el sonoro. La partitura compuesta por Nitin Sawhney (responsable de la de Heavenly Sword) acompaña a la perfección la acción con la suficiente personalidad como para hacerse notar pero sin robar protagonismo a lo que ocurre en pantalla. Añadan a todos los elementos positivos que componen este juego la interpretación de Andy Serkis (el famoso actor que dio vida a Gollum en las películas de Peter Jackson y a King Kong en la versión del citado director) como Monkey. Cabe destacar que el actor no solo doblo la voz del personaje principal del juego, sino que se implicó en el desarrollo argumental del mismo, el cual corría a cargo de Alex Garland, novelista británico responsable de La Playa y el guion de 28 días después (2002) y Dredd (2012) entre otras películas. Por otro lado, aunque bastante caricaturizados, el diseño de los personajes (en especial en el de los mecas), resulta bastante atractivo y es fácil entender lo que los programadores intentaron hacer con la relación entre Monkey y Trip que no es otra cosa que emular/homenajear al singular Ico (2002).
Con todo esto dicho, y recomendándolo como lo recomiendo ha llegado la hora de señalar los puntos flacos de Enslaved: Odyssey to the West. Para empezar, hay momentos que el juego parece haber sido poco testado; es relativamente frecuente abordar zonas en el que el volumen de la banda sonora baja al mínimo o directamente desaparece. Añadan que al juego le cuesta renderizar y en más de una ocasión vemos como las texturas quedan reducidas a una especie de limo indefinido. Otro problema que he encontrado es la cámara; habitualmente en este tipo de juegos, en las aventuras en tercera persona, es habitual poder manejar el punto de vista a tu antojo, pero en el título de Ninja Theory el recorrido del objetivo es limitado y en más de una ocasión resulta frustrante no poder rotar el punto de vista lo suficiente para preparar mejor la estrategia de una batalla o planificar un salto. El único aspecto negativo que personalmente puedo añadir a mi reseña es que aunque el control es bastante fluido, en algunos momentos (especialmente en batallas con varios enemigos en el nivel más alto de dificultad y en según qué zonas de plataformas) se vuelve algo rígido.
En general, mi experiencia con Enslaved: Odyssey to the West ha sido muy positiva. Como aventura en tercera persona, no es una de las mejores, pero está lejos de ser de las peores y estoy seguro que a cualquier entusiasta del género le encantara. Visualmente, como ya les he dicho, es muy atractivo, el doblaje no está mal, la música es estupenda para lo que plantea, la acción es dinámica, los puzles entretenidos a la par que asequibles y su duración es la justa como para mantener al jugador entretenido sin llegar a aburrirle o abrumarle. Hoy por hoy es fácil verlo a precios de saldo en tiendas de segunda mano y similares y aunque su exposición fue amplia, su impacto entre la comunidad gamer no, así que corran a hacerse con una copia y disfrutarlo, antes de que se convierta en uno de esos títulos que querrían tener pero que no encuentran.
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