Revista Mundo animal
Los hombres bebemos mucha agua. Los perros menos, pero la necesitan también
para vivir.
Uno de los fallos más tontos que podemos cometer es el de no cuidar que
nuestro perro tengan el agua necesaria a su alcance.
Si no beben lo suficiente se van deshidratando, y pasan a un estado más
indolente, pudiendo incluso llegar en las fases de deshidratación más críticas,
a la muerte.
Algunos trucos caseros
Para saber si nuestro perro está bien hidratado nos puede ayudar observar
sus ojos. Si están brillantes y vivos, está bien. Si están más hundidos que de
costumbre, o como idos o secos, mal. También la lengua y la trufa nos pueden dar pistas según su estado de
humedad en comparación con su estado habitual. También sirve el test de la
flexibilidad de la piel. Si levantamos con los dedos un poco de pellejo de encima
de los hombros del perro veremos si la piel está flexible o acartonada. Si lo
soltamos, veremos si vuelve a la posición normal enseguida o lentamente. En el
primer caso, bien. En el segundo, mal.
En todo caso hay que distinguir perros y edades, pero como aproximación nos
puede servir.
El remedio infalible y obligado es acudir y consultar con un veterinario.
Facilitando que nuestro perro no pase todo el día al sol, en verano principalmente, o en días de altas temperaturas, y teniendo a su disposición agua limpia constantemente,
evitaremos disgustos.