Si hay un tema en el que se incide durante el embarazo es la hidratación. Beber agua de forma frecuente durante el día forma parte de las primeras recomendaciones que se dan, en general, para llevar una vida saludable, en el caso de las embarazadas se incide especialmente.
Dentro de la atención que se debe prestar a la alimentación de la mujer embarazada, un apartado muy importante sería el estar bien hidratada.
Las mujeres en estado sufren un importante aumento del volumen de la sangre, para que este no cause problemas de deshidratación hay que mantener el nivel ingiriendo más líquidos.
La deshidratación
La deshidratación es uno de los problemas a los que se enfrentan las mujeres que estando embarazadas no toman los suficientes líquidos. Son habituales lo mareos, los dolores de cabeza e incluso contracciones en la última etapa del embarazo.
Lo primero que nos indica esa deshidratación es la sed, si además va acompañada de boca seca, menor frecuencia al orinar y mareos, tenemos un problema que debemos solucionar aumentando la ingesta de líquidos. Lo más recomendable es llevar siempre una botella de agua y beber de forma frecuente a lo largo de todo el día. También puede pasar que, aun bebiendo, manifestemos los síntomas de una deshidratación, en ese caso deberemos acudir al médico porque puede que suframos de diabetes del embarazo.
La hidratación nos puede ayudar además a llevar mucho mejor uno de los problemas más frecuentes de las embarazadas, se trata del estreñimiento. Si se beben líquidos a menudo este problema disminuye mucho. Sucede lo mismo con las infecciones de orina y la retención de líquidos, muy comunes también en el embarazo. Al beber más agua se obliga al riñón a trabajar más, la circulación de la sangre funciona mejor y se alivian síntomas como las piernas hinchadas. Hay que tener presente que cuanto más bebamos, más iremos al baño y por tanto más toxinas eliminaremos a través de la orina. El organismo al estar más hidratado funcionará mucho mejor.
Otro síntoma de la deshidratación, muy poco conocido por el público en general, es el que dan calambres en las piernas. Muchas veces lo asociamos a problemas como falta de potasio, pero en muchas ocasiones ésto viene motivado por una ligera deshidratación que desaparecerá ingiriendo más líquidos a diario.
Hay que beber entre 6 y 8 vasos al día y tomar alimentos ricos en agua como las frutas
Cuando hablamos de ingerir más líquidos nos referimos fundamentalmente al agua. Si lo recomendable es beber entre 6 y 8 vasos al día, en el caso de las embarazadas hablaríamos de al menos diez vasos, unos dos litros sería lo adecuado. Si se nos hace muy pesado siempre podemos añadirle unas gotas de limón. El agua no es el único líquido que podemos ingerir. Los zumos también deben estar muy presentes, sobre todo los cítricos por su riqueza en vitaminas. Las opciones son muchas, batidos, infusiones, leche, cerveza sin alcohol, refrescos... aunque habría que tener en cuenta el número de calorías y no abusar de los azúcares. También hay que limitar el consumo de cafeína.
Y si la hidratación es importante durante todo el año, lo será más en verano cuando a causa del calor el cuerpo pierde líquidos sin que nos demos cuenta. Las embarazadas deben tener especial cuidado en esta época, evitando los momentos de altas temperaturas e incrementando la ingesta de líquidos. La solución es sencilla, solo hay que beber, siguiendo esta simple recomendación notaremos que nuestro cuerpo funciona mucho mejor.