Jueves 10 de marzo, 20:30 horas. "Bach en la Catedral", León: Raúl Prieto Ramírez, órgano. CNDM en coproducción con el XXXI FIOCLE. Entrada libre. Fotos del órgano ©Twitter archivos personales de @RPrietoRamirez.
Continúan los jueves con la segunda parte de la integral de órgano de Bach en la Catedral de León, que el sábado en el Auditorio Nacional se convierte en "Bach Vermut", un hito en nuestra historia musical, que nos traía de nuevo a casa a nuestro intérprete español más internacional, actualmente afincado en EE.UU. pero con agenda mundial completa que esta semana española incluye además de León y Madrid, la Semana de Música Religiosa de Avilés donde además de Bach le tendremos con sus obras más habituales en los conciertos: Saint Säens, Widor o Reger, que también forman parte de sus cursos en la Universidad de Indiana, la Ball State University, la Universidad de Baylor (Tejas) e incluso en el Conservatorio de Moscú o la Universidad de Graz (Austria).
Y es que Raúl Prieto (Navalmoral de la Mata -Cáceres-, 1979), al que descubrí hace seis años en el defenestrado Festival de Órgano de Asturias, ha tocado en los mayores templos mundiales de la música de órgano: la catedral de Milán, el Victoria Hall de Londres, el Teatro Mariinsky de San Petersburgo o la sala de conciertos central de Moscú, donde se halla el órgano más grande de Asia, así como el órgano del Disney Concert Hall de la Filarmónica de Los Ángeles, y mantiene un dúo único en España con la pianista Maria Teresa Sierra. Imposible reflejar su amplio currículo y palmarés aunque no quiero olvidar que con 27 años le nombraron asesor artístico e intérprete asociado de la OCNE y divulgador, haciéndose cargo de toda la actividad de los órganos del Auditorio Nacional de Música de Madrid con su "Proyecto Órgano" cuyos resultados propiciaron un titular como el del periódico ABC: "El órgano sale de las tinieblas".
Rutilante e imparable carrera que le ha llevado a Estados Unidos, donde la agencia más importante de representación de organistas según la revista especializada "Fanfare" (Phillip Truckenbrod Concert Artists) le ofreció un contrato sin condiciones para hacer giras por Norteamérica, y ahora mismo tiene tantos compromisos mundiales que debe rechazar ofertas inimaginables en estos tiempos.
El programa Bach de León presentaba verdaderas "salvajadas" que no están al alcance de cualquier organista, y debo destacar que las dificultades van más allá de la cuestión técnica, con una elección de registros adecuados que hubiera necesitado de muchas horas (las que Raúl Prieto no tiene) para investigar las infinitas posibilidades tímbricas que atesora "el bicho" de Klais. Apostó por los prefijados de fábrica aunque no desmerecieron en ninguna obra, con especial esmero en el pedalero (incluyendo la propina del conocido estudio atribuido a "Mein Gott" sólo garabateado en una portada de cantata como bien explicó a los asistentes) y con un frío que convirtió esta ruta del organista no como una escalera al cielo sino autopista al infierno gélido capaz de inmovilizar las manos del mejor conductor.
Arrancar con dos Corales de Leipzig son una buena forma de "entrar en calor", la Fantasía super Komm, Heiliger Geist, Herr Gott, BWV 651 en despliegue brutal como corresponde a la propia forma, poderío sonoro desde un tiempo casi vertigionoso, y sin apenas respiro para el cambio de registros Komm, Heilige Giest, Herr Gott, BWV 652 como tanteo no ya digital para una mano izquierda que marca el motivo, sino tímbrico, contrastes también en tiempos para continuar admirando la escritura siempre increíble del cantor. Con Christ lag in Todesbanden, BWV 718 el frío lo acusó sobremanera la mano siniestra, "amortajada" como reflejo de la letra del coral utilizado en la cantata BWV 4, aunque no nos perdimos la limpieza de voces en teclados y pedalero, juego rítmico y melódico diferenciado en ejecución y timbre.
Punto y aparte merece la Sonata V en do mayor, BWV 529 (de las Trio Sonatas) por ser de lo más difícil de escuchar en vivo ante las exigencias planteadas, tres voces cada una con su registro específico que deben sonar casi orquestales y ser interpretadas limpias además de sin trampas, ya que el "puñetero" de Bach es un delator de errores único. La registración fue ideal en planos y equilibrios, más asequible en el Largo pero sabrosísima en los Allegri extremos, pletórico y vibrante el inicial, majestuosamente brillante el final, todo un despliegue técnico e interpretativo por parte de este extremeño universal.
Un poco de aire tranquilo para disfrutar el motivo variado del conocido y versioneado "coral de la Pasión" para Herzlich tut mich verlangen BWV 727, de los Preludios Corales BWV 714 a 765, con exposición clara en presencia aunque me hubiese gustado mayor despliegue tímbrico, apostar por la lengüetería o incluso una trompetería corta que sobresaliese mínimamente en una apuesta muy uniforme en presencia donde el propio registro y su tesitura hace brillar solo el coral.
No faltan distintos números de El Arte de la fuga BWV 1080 en versión organística dentro de este ciclo con la integral de Bach, y los distintos intérpretes eligieron el suyo, Raúl Prieto optó por el Contrapunctus XII a 4, inversus, pulcro como la catedral leonesa, registros en agudos para mantener el espíritu inicial incluso en cada variación y tiempo calmado para no enturbiarse en los trinos con la reverberación gótica, antes de un final apoteósico como es el Preludio y Fuga en mi menor, BWV 548, magno en toda su concepción, un crescendo único desde las primeras notas hasta la matemática artística de la fuga, equilibrios en los planos, valentía en los tiempos y expresividad máxima. Se nos olvidó el frío porque Bach merece autopistas de peajes varios. En Avilés mucho más...