El momento en que al bebé le sale su primer diente es vivido con emoción por sus padres, poco a poco la boca se va llenado con su primera y eventual dentadura y la atención hacia esta parte tan importante para la salud de nuestros hijos va decayendo, al fin y al cabo se le van a caer ¿no?
Este es uno de los errores más comunes que se suelen cometer en cuanto a la higiene bucal de nuestros hijos.
Hasta los cuatro o cinco años los dientes no son una de las preocupaciones de los padres, en el momento en que empiezan a caerse vuelven a llamar la atención. Pero vigilar el estado de la boca del niño es importante desde que son pequeños para asegurar que no van a tener ningún problema cuando tengan su dentadura definitiva.
La caries en los niños
Una caries mal cuidada en un diente de leche dará como consecuencia una encía débil y propensa a una infección que también afectará al nuevo diente, del mismo modo si se llega al extremo de tener que extraer el diente del leche antes de tiempo, ese hueco que trabaja el diente no se formará de forma correcta lo que afectará a la colocación de los posteriores.
Los motivos por los que hay que vigilar la salud bucal en los niños son muchos y no solo médicos, también en lo que se refiere a hábitos de higiene. Enseñar a un niño desde pequeño a lavarse los dientes creará en él una costumbre que mantendrá toda la vida, si este tema se descuida o se inculca cuando el niño ya es más mayor será más difícil que se convierta en un hábito.
Desde que son bebés debemos vigilar el estado de sus encías y estar atentos ante cualquier anormalidad en la salida de los dientes. Una vez alcanzan los dos años es bueno que tengan su cepillo de dientes, no hace falta que utilicen pasta de dientes pero pueden acompañar a papá o mamá cuando se lavan los dientes y hacer lo mismo con su cepillo. Es una práctica que se debe hacer todos los días, al menos por la mañana y por la noche.
La primera revisión por el dentista
A los tres años el niño suele tener la dentadura completa, a partir de aquí se puede realizar su primera revisión y comprobar el estado de los dientes. La visita al dentista se tiene que plantear como algo emocionante, como un elemento que servirá de motivación al niño a la hora de hacerse responsable del cuidado de sus dientes. El dentista detectará si hay alguna caries y actuará en consecuencia para evitar males mayores.
Para cuando al niño se le empiecen a caer los dientes ya tiene que tener bien establecido el hábito del cepillado, incluso el uso de la seda dental. No hay que olvidar en todo este proceso vigilar la alimentación, no se debe abusar de los dulces y golosinas ya que como hemos visto las caries en los dientes de leche pueden provocar problemas en la dentadura definitiva.