Si la luna que quería ser madre que cantaba Ana Torroja hubiera visto a Adrián, sus papis tendrían un problema porque es tan mono que es difícil resistirse a hacerle unas fotos y no salir con él corriendo.
Si emocionante me resultó que María y Jose se casaran (si no lo entiendes, no has visto "63 botones"), os podéis imaginar lo que supone para mí hacerle fotos a su churumbel. Y claro, quise hacer tanto (y, por supuesto complicado, porque si no es complicado y "yamismo" como que no soy yo), que no salió cómo esperaba. Además, se me ocurrió que a la luna le iba de miedo el bokeh de lucecitas y me compliqué más de la cuenta con la iluminación.Y es que para ciertas sesiones los bebés cuanto más chiquitines, mejor. Y por chiquitines me refiero a recién nacidos, cuando les puedes poner en poses impensables porque duermen profundísimamente.
No era el caso de Adrián, que ya es un tiarrón de casi 2 meses, pero aún así, pobre mío, se portó fenomenal.
Tienda de punto de Cati, en Artesanum