Hijos de la emigración

EL ENEMIGO VIENE EN LIMUSINA, NO EN PATERA de Pablo Hasel

fuente: murciaeconomia.com

Uno se cansa de oír que los emigrantes nos roban o que se quedan con la mayor parte de las ayudas. Se cansa de tanto discurso egoísta y falto de autocrítica a lo que SOMOS, así, con mayúsculas. Y es que TODOS somos hijos de la emigración, porque la historia se ha hecho con el movimiento de las personas de un lugar a otro de este planeta en que nos ha tocado vivir.

Si eres español o latinoamericano es posible que por tus venas corra sangre fenicia, celta, íbera o árabe. Es seguro que tus ascendientes fueron de religión animista, judía, católica o musulmana. Esto último es especialmente importante, porque los hijos del islam estuvieron más de 8 siglos sobre la península ibérica y nos dejaron palabras, recetas de comida y costumbres que, nos gusten o no, seguimos utilizando y que sin ellas no entenderíamos nuestro estilo de vida.

Cuidado con los signos identitarios y el patriotismo exacerbado, porque el nacer en un lugar determinado no es una elección, sino una suerte; buena o mala, depende. Quien esto suscribe, de haber nacido 1000 km más abajo sería marroquí y de hacerlo hacia arriba parisino. Y así ocurre que el lugar de nacimiento es una lotería que marca el porvenir de las personas. Antes de hablar debiéramos medir lo dicho, porque a ver si vamos a estar negando a unos lo que no quisiéramos para nuestros ancestros.

Y sí, voy a contestar a la pregunta que subyace: ¿Qué hacemos con todos aquellos emigrantes que se nos instalan en el solar de nuestra casa sin permiso de trabajo?. Respuesta: acogerlos, darles una formación, ayudarles a emprender una nueva vida entre nosotros y entender que tienen un dignidad que hay que respetar. Para todo esto hace falta un previo: disponer de una Administración eficaz y eficiente que no someta al emigrante a la tortura, y digo bien: tortura, de regular su situación. No es aceptable que los papeleos se distancien en el tiempo y que se tenga a unas personas, que lo son, en el limbo jurídico. ¿Y si delinquen cuando el estado cumple con lo anteriormente señalado? Pues nos habrán decepcionado y habrá que habilitar un procediendo de expulsión urgente y efectivo.