Nacido en una ciudad centroeuropea, de padre alemán y madre española, cuando tenía seis años murió su padre mientras se encontraba de viaje en España. La madre, que tenía problemas de salud mental anteriores, tuvo una crisis a la que siguió una larga evolución de un trastorno profundo de la personalidad, por lo que fue ingresada en una institución. El huérfano Karl quedó al cuidado de una tia paterna, ya bastante mayor, que no hizo su infancia nada fácil. De adolescente tuvo que hacerse cargo de los negocios familiares cuando sus dos abuelos cascarrabias y autoritarios fallecieron. A partir de ahí su vida no reconoció descanso y acabó sus días dejando todas su obligaciones a los 56 años y acogiéndose a una institución sociosanitaria en la que falleció tres años más tarde. El peso de tener a su madre demente recluída le acompañó muchos años.
A estas alturas del relato los avispados lectores aficionados a la historia habrán reconocido que todo lo descrito sucedía en el siglo XVI, que Karl fué conocido en España como el rey Carlos I y su madre demente fue la más famosa de la enfermas mentales de las familias reales españolas: Doña Juan, la Loca.
En España hay unas 10.000 enfermas mentales recluidas y por lo menos otras tantas con trastornos psiquiátricos graves ambulatorias. Una buen aparte de ellas tienen o han tenido hijos. Y estos hijos han estado expuestos a los estreses que comporta depender de una madre con dificultades. Aparte quedan las cargas genéticas suyacentes.
Todo ello puede generar problemas o no, y el modelo utilizado de un personaje histórico como Carlos V queda a la libre interpretación de de los historiadores psiquiátricos. Sólo se pretende llamar la atención sobre una situación no especialmente infrecuente y la importancia de ofrecer a los hijos de madres con trastornos mentales los cuidados y asistencia que puedan precisar, sean éstos médicos, sociales o mixtos.
Los pediatras deben prestar atención a la existencia de madres con problemas de salud mental y arbitrar las medidas que sean necesarias para minimizar los riesgos que sobre los hijos comportan.
X. Allué (Editor)