Hijos del dios Binario
Una periodista recibe un mail de su ex novio, recientemente fallecido en Londres. Al analizar la carta, se da cuenta de que hay ciertos datos encriptados sobre una empresa llamada Fenris. Junto con un compañero de trabajo decide investigarlo.
Paralelamente, un cazador de objetos del mundo pasado, es contratado para localizar a un hombre que perteneció al ejército israelí. Pero las cosas no son como le han contado...
Aunque algunos colocan la novela que nos ocupa en el apartado de "ciencia ficción", para mí es un thriller de manual, por la estructura de la trama y todas las características asociadas a este género que en ella se dan cita. Bien es cierto que, según se avanza en la lectura, aparecen más detalles de ciencia ficción. E incluso te vas dando cuenta de que la acción (pese a lo que parece) no está ambientada en nuestra época sino en un futuro cercano. Sin embargo, son elementos un tanto accesorios (salvo los relacionados con la resolución del misterio, que involucran ciencia puntera, cuyos fundamentos ya existen en nuestros días).
Partiendo de dos tramas principales, la protagonizada por una periodista en busca de explicaciones de la muerte de un ex novio que le ha dejado un mensaje encriptado sobre una extraña corporación y por un cazador de reliquias de aires bondianos o bournianos de origen oscuro, y una tercera de fondo, protagonizada por unos niños muy especiales, y que terminan por juntarse, se nos relata una historia que sigue con pulcritud y eficacia todos los cánones del thriller tradicional, redactada con fluidez y agilidad, pero que en cuya total adhesión a esos elementos típicos (protagonista con grandes recursos para la supervivencia, villanos mortíferos e implacables con gran aptitud para lucha, persecuciones por medio mundo, ambientes exóticos, gadgets tecnológicos, planes maestros conspiratorios de alcance global, etc) encuentra su mayor debilidad: la falta de originalidad.
Ciertamente, la novela se lee con interés, y hasta con gran intriga por saber qué secretos se encierran en sus páginas, pero también con la sensación de que todo eso ya lo has visto/leído antes en muchas películas y libros.
Volviendo a los elementos concretos de ciencia ficción, casi ciberpunk, que dan título a la obra (los hijos del dios binario), resulta muy llamativo que se trate de algo accesorio en realidad, siendo, con mucho, el punto más interesante de la novela, que daría para una historia completa, más atractivo que el misterio verdadero, el cual se ve venir un poco por las pistas que da el autor. La idea del dios binario, así como la de sus seguidores, resulta inquietante y bastante factible en un futuro próximo. Pero el autor solo nos menciona a esta "secta" como meros coadyuvantes de los protagonista a la hora de bucear en los entresijos del ciberespacio en busca de respuestas.
Los personajes, como es canónico en estas obras, son bastante planos y se limitan a ejecutar sus roles al servicio de la historia. También, como es canónico, tiene lugar un poco creíble romance, que a decir verdad, no aporta mucho y, si nos apuramos, apenas molesta. Los villanos no sorprenden en su carácter despiadado, inhumano y casi robótico, siempre al servicio de la "misión" de sus jefes. En cuanto a los niños, su trama podría ser más interesante, aunque tiene su punto, con una minisociedad aislada y educada para ciertos fines, de la cual no llegamos a conocer mucho.
En resumen, una obra correcta dentro de su género, pero lastrada por las propias convenciones del thriller, las cuales no la dejan elevarse, que nos plantea un futuro próximo donde habrá que lidiar con las amenazas de una ciencia que se escapa de las manos de sus creadores y anuncia un mundo totalitario y muy oscuro. Una entretenida lectura para el verano.
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