La primera filósofa y feminista de la historia.
A lo largo de la historia, escrita y hecha por los hombres, siempre aparecen nombres de mujer que se desatan de sus cadenas que las mantienen hundidas en el fondo del rio para salir a flote como mujeres, que al igual que los hombres, sus contemporáneos, vivieron y destacaron en los diversos campos de la historia.
Tal es el caso de Hiparquía. Sabemos de ella gracias a la obra VIDAS, OPINIONES Y SENTENCIAS DE LOS FILÓSOFOS MÁS ILUSTRES de Diógenes Laercio.
En dicha obra, podemos leer esto:
"Hiparquia, hermana de Metrocles, se dejó llevar de los discursos de Crates: ambos eran naturales de Maronea. Agradábale tanto la vida y conversación de Crates, que ninguna ventaja de sus pretendientes, las riquezas, la nobleza ni la hermosura la pudieron apartar de su propósito, pues Crates era todas estas cosas para ella. Aun amenazaba a sus padres que se quitaría la vida si no la casaban con él. Finalmente, como sus padres rogasen a Crates que la removiese de su resolución, hizo éste cuanto pudo, mas nada consiguió. Sacó, por último, todos sus muebles a su presencia, y le dijo: «Mira, éste es el esposo, y éstos sus bienes; consulta contigo misma, pues no podrás ser mi compañera sin abrazar mi instituto.» Eligiólo ella al punto, y tomando su vestido, andaba con Crates, usando públicamente del matrimonio, y concurriendo ambos a las cenas.
Hallóse, pues, en un convite que dio Lisímaco, en que también estaba Teodoro, el apellidado Ateo, al cual propuso el argumento siguiente: «Lo que pudo hacer Teodoro sin reprensión de injusto, lo puede hacerHiparquia sin reprensión de injusta; hiriéndose Teodoro a sí mismo no obró injustamente; luego tampocoHiparquia obra injustamente hiriendo a Teodoro.» A esto nada opuso Teodoro, contentándose con tirarla de la ropa; pero ella no se asustó ni turbó como mujer, sino que como Teodoro la dijese: ¿Eres la que dejaste la tela y lanzadera?
Respondió: «Yo soy, Teodoro: ¿te parece, por ventura, que he mirado poco por mí en dar a las ciencias el tiempo que había de gastar en la tela?»"
Se trata de un fragmento dentro de la biografía que hace de su marido Crates. Aunque es loable que incluya a una mujer dentro de su estudio de los filósofos, no se debe olvidar que no le dedica un capítulo exclusivo a ella, sino que la incluye dentro del capitulo dedicado a su marido.
Junto a Crates, abandonó su vida de lujos y a su familia de posición acomodada para seguir la doctrina y vida cínica de los cínicos, viviendo sin propiedades y públicamente, lo que incluía disfrutar de su matrimonio en público.
Los cínicos aspiraban a identificarse con la figura del perro, por la sencillez y desfachatez de la vida canina. Usaban barba, llevaban alforja y cayado, practicaban juegos de palabras a manera de metodología: a aquellos que proponían ideas y teorías incomprensibles, ellos ponían el gesto, el humor y la ironía. Tomaron como modelo la naturaleza y los animales, por lo que hacían todas sus cosas en público en plena calle (orinaban, defecaban, se masturbaban, tenían relaciones sexuales, etc) porque rehusaban el ridiculo como los propios animales.
Así pues, se desprende un fuerte aroma feminista en la vida y obra de Hiparquía. Feminista en cuanto a lo que el término significa (porque en la antigüedad griega no existía dicho término) esto es: rebelarse contra los roles de género establecidos (mujer= madre, esposa, ama de casa) y búsqueda de la igualdad con los hombres (acceso al estudio, al espacio público, etc.) pues rechazó frontalemente el destino que la sociedad y cultura griegas -ateniense concretamente- le tenía reservado a las mujeres que la apartaban del espacio público que englobaba la cultura, la sociedad y la política.
Desafió así a la sociedad sociedad patriarcal, machista y misógina imperante con su comportamiento público, su rechazo de la oikonomía (reclusión en el hogar) y con su interés intelectual. Tal desafío se aprecia vivamente en el encontronazo que tuvo con Teodoro el ateo en el banquete de Lisimaco.
De su obra nada queda, pero gracias a la mención de Diógenes y Duidas sabemos que escribió un libro contra Teodoro el ateo que llevaba por título Cuestiones sobre Teodoro el ateo; Suidas nos transmite que además de este libro, escribió unas Hípotesis filosóficas y unos Epiqueremas.