Esta entrada es un poco específica, de interés imagino que sólo para quienes tengan hipertiroidismo como yo, pero precisamente por eso la escribo, esperando que a alguien le pueda ser de utilidad. Intentaré no extenderme mucho y resumir cómo ha ido mi caso.
En el segundo embarazo empecé enseguida a perder peso y tener un pulso muy acelerado. En el primer control analítico me diagnosticaron hipertiroidismo y me pusieron un tratamiento con PTU (propiltiouracilo), así que todo fue rápido, la detección y el tratamiento del problema. Jamás había tenido problemas de tiroides, ni yo ni nadie en mi familia, así que me sonaba un poco a chino. Mi preocupación en aquel momento era que el bebé estuviera bien . Si yo tenía un problema hormonal, justo cuando el embrión se estaba formando, eso no podía ser bueno…La verdad es que la endocrino me tranquilizó, me dieron el fármaco más adecuado a mi situación, y estuve todo el embarazo bien controlada. Finalmente Chiquinina nació perfectamente.
Poco tiempo después tuve una recidiva, y después otra…Con los antitiroideos (ahora Tirodril) me controlaban muy bien, pero en cuanto dejaba de tomarlos, era cuestión de 3 o 4 meses que volviera a estar hipertiroidea, con hambre, taquicardias, arritmia, pérdida de peso y de pelo, nerviosismo, ansiedad, calor, etc. Es una sensación muy desagradable, la verdad, sobre todo la ansiedad y los nervios. En una ocasión me dijo la endocrino al ver mi analítica : -Uf, deberías estar arañando las paredes….- Y lo estoy, lo que pasa es que es algo que va por dentro y no se ve.
Llegados a este punto, después de dos intentos fallidos y varios meses de controlar el hipertiroidismo con antitiroideos, me hicieron las pruebas que no me habían hecho inicialmente por estar embarazada: una ecografía y una gammagrafía, y confirmaron que tenía un bocio difuso, no nodular, y que la causa de mi hipertiroidismo era la enfermedad de Graves-Basedown, de la que por lo que he leído no se conoce la causa exacta, pero parece que es autoinmune, se da más en mujeres, justo en mi franja de edad, y donde el embarazo puede ser un detonante para que aparezca.
Total, como los antitiroideos no me han curado, era necesario tratarme con radioyodo. El radioyodo destruye parte de las células de la tiroides, en teoría las más activas y con más avidez por el yodo, por lo que resuelve el problema del hipertiroidismo. Lo ideal sería que destruyera sólo determinadas células, pero el principal inconveniente de este tratamiento es precisamente este. Calcular la dosis exacta para cada paciente parece casi imposible, de modo que a medio plazo todo el que lo recibe acaba siendo hipotiroideo. -¿Por qué no me quedo entonces como estoy?- Pregunté- Porque el hipertiroidismo es más peligroso e impredecible, y se controla peor. -Pues adelante.
Así que dos años después de empezar con el hipertiroidismo, tomé el radioyodo. Se ingiere, como si fuera agua, y no se nota absolutamente nada. Si es una dosis baja, como en mi caso, te vas a casa. Únicamente al cabo de unos días tuve unas leves molestias en la garganta. Por lo demás, se recomienda beber mucha agua para eliminar el exceso de radioyodo, el que no ha quedado retenido en la glándula, y tener ciertas precauciones con los demás, que te explican en el hospital. Para mí sin duda lo peor fue estar un montón de días sin ver a mis Chiquininis.
Y esto es todo. A partir de aquí, a seguir con los controles que indique el médico para ver cómo evoluciono. Lo ideal sería que me quedase eutiroidea ( es decir, bien), pero lo más probable es que con el tiempo tenga hipotiroidismo, que es lo contrario exactamente de lo que tenía inicialmente. Sin embargo todos los médicos parece que coinciden en que es mejor así, implica tomar una pastillita de por vida, pero se controla muy bien.