Hipnosis terapéutica: comunicar con el subconsciente

Qué es la hipnosis terapéutica, cómo funciona y cómo puede ayudar a solucionar problemas que no se consiguen resolver de forma consciente y racional. De ello trata este artículo.

En el último artículo te hablé acerca de la metáfora de Platón y por qué resulta tan complicado alcanzar un objetivo cuándo nuestro consciente y nuestro subconsciente no van en la misma dirección.

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Hoy quiero hablarte de una herramienta muy poderosa para comunicarnos con nuestro subconsciente y facilitar el cambio que necesitamos: la hipnosis terapéutica, y en particular, la hipnosis Ericksoniana.

Hipnosis terapéutica vs hipnosis teatral

Recuerdo que hubo una época de mi vida en la que solía asociar la palabra hipnosis con conceptos a veces esotéricos o mágicos, conceptos que me llevaban a tener una postura bastante escéptica y dudosa antes esta disciplina. Todo cambió cuando descubrí que la realidad era muy diferente de lo que yo imaginaba.

Existen dos tipos diferentes de hipnosis: la teatral y la terapéutica. Ambas se diferencian por la finalidad con la que se practican.

Mientras que la hipnosis teatral es una forma de espectáculo y su finalidad es la de entretener el público, la hipnosis terapéutica, al contrario, es una forma de terapia.

Sin embargo, ambas también tienen una cosa en común: el hipnotista o el terapeuta nunca tienen poder o control sobre la voluntad de la persona hipnotizada, que es consciente en todo momento.

En qué consiste la hipnosis terapéutica

Como ya he avanzado al comienzo, hoy me gustaría hablarte de qué es la hipnosis terapéutica, de cómo funciona y de cómo puede ayudar a mucha gente a solucionar problemas que no consigue hacer de una forma consciente y racional.

Para hacerlo voy a hacerte una pregunta: "¿Sabías que existen varios niveles del sueño?"

Estoy segura de qué sí y que sabes que el sueño se puede dividir en diferentes estados, según la actividad cerebral (sueño profundo, REM, etc.).

De la misma manera existen varios estadios de vigilia: uno en que nuestras partes consciente e subconsciente están asociadas, y otro en que se disocian.

El primer caso representa el estado de vigilia más común, el que nos acompaña durante la mayoría de las actividades del día.

En este estado nuestra atención consciente crea una barrera que filtra a través de la racionalidad cualquier orden, consejo, idea o sugestión. Es como si tuviéramos un mecanismo de defensa constantemente activado.

De esta manera, todo lo que nos dicen, por bien que nos venga, choca contra este muro y la información viene manipulada por nuestras creencias, miedos, valores.

La segunda situación, la en la que lo consciente y el subconsciente están disociados, representa el trance hipnótico. En este estado, nuestra atención consciente se focaliza en un punto.

Al hacerlo se crea un espacio, un pasaje a través del que todo tipo de mensaje puede llegar directamente a nuestra parte inconsciente, sin manipulación ni filtros.

Durante el trance hipnótico la persona entra en un estado de relajación muy profunda en el que los mensajes del terapeuta (metáforas, cuentos, sugestiones, anécdotas) le guían hacia los recursos que necesita para solucionar su problema.

En otras palabras, el trance hipnótico es una condición natural de nuestra mente que todos experimentamos de forma natural y espontánea varias veces a lo largo del día.

Te pondré un ejemplo: ¿Te ha pasado alguna vez conducir el coche, llegar a tu destino y darte cuenta de repente que no has sido consciente de ello?

Estoy segura de que sí, y que habrás tenido la sensación de haber puesto en marcha un verdadero piloto automático a la hora de conducir. Lo que realmente ha pasado es que tu mente se ha disociado del acto práctico de conducir y se ha conectado con tu mundo interior, con tus emociones e ideas.

En otras palabras, has experimentado un trance hipnótico.

La hipnosis Ericksoniana

La hipnosis Ericksoniana aparece gracias al médico y psiquiatra estadounidense Milton Erickson, que convirtió la hipnosis terapéutica clásica en una forma de terapia diferente, conversacional y, por lo tanto, más natural.

Mientras que las demás terapias se basan en buscar el origen del problema y cómo puede ser tratado, la hipnosis ericksoniana se centra en el presente, observando atentamente la conducta natural de la persona, utilizando su propio lenguaje y dejando que encuentre sus propios recursos.

Las más recientes investigaciones han revelado que cuando estamos hipnotizados pasa algo muy interesante a nivel neuronal: nuestra mente no es capaz de distinguir si lo que "visualiza" durante la hipnosis es real o no.

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Por ejemplo, si durante la hipnosis me estoy visualizando a mí misma andando, se activarán las mismas neuronas de si estuviera andando de verdad.

Si me imagino a mí misma andando en un estado normal (no bajo hipnosis) se activan otras neuronas, las relacionadas con la imaginación y la creatividad.

Es decir, durante el trance hipnótico la mente llega a vivir realmente una experiencia.

Por esta razón, la hipnosis es una herramienta muy valiosa para ayudarnos a "reencuadrar" sucesos de nuestro pasado, a superar medios que nos bloquean, a inducir cambios que se reflejan al final en nuestra actitud y en nuestra conducta.

Volviendo a la metáfora de Platón del artículo anterior, la hipnosis es una herramienta muy poderosa para podernos comunicar con nuestro buey, re-direccionarlo hacia la misma dirección de nuestro caballo y superar así los conflictos interiores que a menudo nos impiden alcanzar nuestros objetivos y nos alejan de la vida que queremos.