Revista Cultura y Ocio
Hipo prenavideño "Cuentos de Navidad. De los hermanos Grimm a Paul Auster"
Publicado el 12 noviembre 2015 por ElinfiernodebarbusseHay muchas maneras de quitar el hipo, dicen. Que si aguantando la respiración durante unos segundos, que si llevándose un buen susto, que si levantando los brazos como lo harían si les encañonasen con un arma de fuego. No sé si les ha funcionado alguno (a mí particularmente esta última me ha dado, en ocasiones, satisfactorios resultados), pero el que estoy seguro no les va a fallar es el que les traigo ahora.
¿Tienen hipo? Pues, miren arriba.
¿Ya? ¿Se ha desvanecido su hipo cual bruma mañanera de diciembre? Sí, ¿verdad? No me extraña. Y esperen, que todavía no he dicho nada del contenido de este volumen de Cuentos de Navidad, que muy acertadamante Alba lanza ahora, en pre-Navidad, para que podamos disfrutar de una lectura en minidosis (un relato diario, por ejemplo) o por chute en vena (si lo preferimos), a lo largo de este mes y poco que queda para que llegue el verdadero meollo de los polvorones y las lucecitas. Siempre se ha dicho que el camino es lo bonito, y que los preparativos de un acontecimiento venidero es lo que verdaderamente nos ilusiona y nos hace felices, ¿no?: pues, ¡toma tomazo!
Ya solo por el hecho de que sea Marta Salís la preparadora (antóloga) del volumen, además de traductora de algunos de los cuentos seleccionados (entre ellos, el que para mí es uno de los relatos más conmovedores de la historia de la literatura, Los muertos, de Joyce), sería más que suficiente para apostar por la exquisitez, el gusto y la calidad de este auténtico regalo literario.
En total son treinta y ocho relatos que abarcan dos siglos de literatura navideña y proceden de distintas tradiciones occidentales (anglosajona, germánica, nórdica, mediterránea y eslava). En la breve presentación, que sirve de aperitivo a la lectura, dice Marta: "Hemos intentado reflejar la alegría, el sentido de comunidad, la excitacion espiritual, la nostalgia e incluso el rechazo que estas fechas despiertan en muchos de nosotros, sin descuidar, porque es asimismo característica y genuina, su parte más sensiblera". Así, de Berlín a Brooklyn, de un pueblecito sardo a un rancho del Lejano Oeste, de la Provenza a Nueva Zelanda, de un aristocrático salón a un pueblo de mineros, de Dublín a un cohete espacial…: en todos esos lugares veremos celebrar la Nochebuena, la Navidad, el día de San Esteban, la Nochevieja o el día de Reyes, y en todos ellos ocurrirá algo que ilustre el espíritu navideño… o bien lo desmienta.
El resultado se plasma en una nómina de autores que no puede ser más impresionante. Por citar solo algunos: Hawthorne, Stevenson, Dickens (inexcusable su Canción de Navidad), Dostoievski, Trollope, Daudet, Maupassant, Strindberg, Hardy, Chéjov, Leskov, Conan Doyle, Chesterton, Clarín, Pirandello, Valle-Inclán, Pardo Bazán, Buzzatti, Dylan Thomas, Capote, Bradbury... No menos admirable es la lista de traductores. Aparte de la propia Marta Salís, están Celia Filipetto, Víctor Gallego, Isabel Hernández, Catalina Martínez Muñoz, Fernando Otero, Carmen Montes y Marta Sánchez-Nieves, entre otros. Es decir, como era de esperar en un volumen cuidado por Marta, (algunos de) los mejores autores en (algunas de) las mejores manos.
La presentación, en tapa dura, con sobrecubiertas y cinta punto de lectura (colección Alba Maior, para entendernos). La imagen de la cubierta (me adelanto a la pregunta) es una postal austríaca de felicitación navideña de principios del siglo XX.
Este volumen también podría provocar efectos adversos y, en vez de quitar el hipo, provocarlo. Eso depende de cada naturaleza. Vayan observándose.