Hipoacusia: Atentos con los problemas auditivos en los más pequeños

Hoy os hablaremos de  la hipoacusia, de la audición y el lenguaje y de cómo podemos sospechar que un niño/a padece sordera, además cerraremos con una pequeña reflexión de un testimonio que no te puedes perder… Empezamos!

¿Qué es la hipoacusia?

La audición es uno de los cinco sentidos, cuando está disminuida se denomina pérdida auditiva, sordera o hipoacusia.

Los niños con sordera pueden sufrir de hipoacusia leve, moderada, severa o profunda, en cualquier de los casos pueden utilizan audífonos, con ellos pueden escuchar lo suficientemente bien como para aprender a hablar. Hay algunos niños con sordera profunda a los que les realizan una intervención quirúrgica para ponerles un implante coclear, que da muy buenos resultados.

Aunque la mayoría de los niños puede oír desde el momento del nacimiento, la hipoacusia en los recién nacidos es un importante problema de salud que afecta a cinco de cada mil niños al nacer. También puede haber pérdida de audición posterior al nacimiento que ocurre por determinadas razones como por ejemplo por alguna enfermedad.

La audición y el lenguaje

La pérdida de la audición conlleva pérdida de lenguaje y también afecta en el habla, además de un desajuste en le proceso de aprendizaje ya que vivimos en una sociedad dónde las mayores fuentes de aprendizaje entran por la audición. Afortunadamente tenemos acceso a las nuevas tecnologías por lo que en la mayoría de los casos se puede vivir con la hipoacusia realizando las actividades de la vida cotidiana.

En casi todos los tipos de hipoacusia se necesita terapia logopédica para aprender a hablar, y cuanto antes mejor.

¿Cómo podemos sospechar que un niño/a padece sordera?

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) resalta la importancia de realizar a todo recién nacido una prueba de cribado neonatal para la detección precoz de la hipoacusia congénita. Se hace en el recién nacido mediante una prueba sencilla que no le causa ninguna molestia.

Pero no sólo debemos estar atentos en los recién nacidos, también niños y niñas más mayores es importante tener en cuenta los siguientes factores como posibles señales de pérdida auditiva en niños y niñas:

• Niños y niñas que no responden a lo que se les dice o no parecen darse cuenta de que les han hablado.
• Niños y niñas no tan pequeños que piden constantemente que le repita las cosas.
• Bebés de más de 3 meses que no voltean al llamarlos o buscan el llamado en izquierda y derecha.
• Niños y niñas que tiene dificultades para oír una voz concreta cuando hay varias personas hablando.
• Bebés de 2 años que no dice ni ‘papá’ ni ‘mamá’.
• Niños y niñas que no oye los sonidos rápidos o suaves.
• Niños y niñas de 5 años que aún hablan como un bebé.
• Niños y niñas mayores de 4-5 años que pronuncia mal las letras: R, S, D, L, J, y T.

Según algunos especialistas, la sordera se detecta fácilmente a partir de los 2 o 3 años. Recuerda que los problemas auditivos pueden ser temporales o permanentes y que algunas veces, las infecciones de oído, las lesiones o las enfermedades pueden afectar el oído mismo.

Normalizar la hipoacusia…

“Deseo que se trate a los niños con audífonos/implantes como a los niños con gafas” – Raquel madre de un niño con hipacusia.

Raquel es madre de un niño pequeño con hipoacusia, ella nos comentaba en un mail la necesidad de normalizar la enfermedad, desea que se trate a los niños con audífonos/implantes como a los niños con gafas… Que los niños con audífonos salieran en cuentos, en películas, en anuncios! De esta manera la hipoacusia sería socialmente aceptada con normalidad.

Para finalizar nos despedimos con parte del relato que nos escribía Raquel para normalizar la hipoacusia:

“Así cuando algún niño me pregunta en el parque qué lleva mi hijo en las orejas yo le explico: ‘Se llaman audífonos, es para escuchar mejor, como los niños que llevan gafas porque sin ellas no ven bien’. Y lo entienden perfectamente… Pero yo soy miope y lo primero que hago cuando me levanto es ponerme las gafas. Él igual. Con esfuerzo y la ayuda de las tecnologías, a las que afortunadamente tenemos acceso, su hipoacusia será, es, algo con lo que se puede vivir y convivir.”

—