Hipocresía política y financiera

En los boletines de noticias de ayer se repetía insistentemente que, según algunas encuestas, si las elecciones generales se realizasen ahora, el PP las ganaría, incluso con Rajoy. Quizás por ese mismo motivo Zapatero no caerá en el error de adelantarlas, pues faltan casi dos años para la próxima cita electoral y, aunque lo tiene complicado, lo cierto es que pueden pasar muchas cosas. Pasado el trago de los recortes y la metedura de pata con los ayuntamientos, a Zapatero le queda aún por pasar una probable huelga general, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2011 (con muy poco margen parlamentario), las elecciones municipales de 2011, las autonómicas, y por encima de todo, la evolución de la economía.

En esta situación, el Partido Popular mantiene una postura a mi juicio hipócrita y claramente populista. Rajoy prefiere volver al "¡Váyase!" antes que votar a favor de unos recortes que, si él fuera Presidente, tendría que aplicar igualmente. Rajoy huye del centro que tanto costó alcanzar en la era Aznar y se radicaliza hacia la derecha mientras le desborda el tinglado de Camps en nuestra comunidad y las embestidas de la francotiradora Aguirre, enlodado por los fangos de Gürtel y, día sí, día no, desmentido por la voz áulica de Aznar.

Aparentemente, la política, los partidos y los candidatos son los protagonistas. Sin embargo, como bien dice Dean Baker, "la pandilla de incompetentes que nos hundió en la crisis sigue al mando". El mundo sufre el peor desplome desde la Gran Depresión, con millones de desempleados en los EEUU y en Europa, mientras muchos ahorradores pierden sus reservas a consecuencia del colapso de la burbuja inmobiliaria.

Que vivimos una de las peores situaciones económicas de la historia reciente no es una novedad, eso lo sabemos sin necesidad de que nos lo explique ningún sesudo economista. Lo que es inadmisible es que los responsables de este desastre siguen en sus puestos de dirección, puestos que no dependen del voto, ellos no juegan a la democracia. En este escenario Rajoy acusa a Zapatero de sus errores (que los tendrá), pero no dice ni pio de los errores de banqueros centrales, FMI y especuladores varios, que se permiten el lujo de dictar políticas a los gobiernos democráticos (que recorten las pensiones, que reduzcan el gasto público en la sanidad, que dejen de ayudar a los sindicatos, que se reforme el mercado laboral), como si ellos fuera infalibles.

Es lo que Marshall Auerback llama " la hipocresía de los halcones del déficit" , pues habiendo sido los sido los mayores beneficiarios de la magnanimidad de los gobierno en los dos últimos años, son precisamente ellos quienes ahora despotrican contra la política fiscal "irresponsable" e "insostenible" del gobierno. Agazapados tras sus pantallas de plasma, recomendando reducir el déficit público, se aprovechan de los recursos que el Estado inyectó para salvar un sistema que había fracasado estrepitosamente.

Para buscar a estos irresponsables no hay que salir de nuestro término municipal. Aquí en Ibi también hay muchos directivos y muchas entidades financieras que hincharon la burbuja, que inflaron las tasaciones inmobiliarias, que concedieron préstamos hipotecarios a personas sin recursos, que despreciaron las normas más elementales de valoración del riesgo. Estas mismas entidades son los que ahora nos amenazan con ejecutar sus títulos hipotecarios y los contratos

Así están muchos bancos y cajas de ahorro españoles, tradicionalmente financiadores de hipotecas, tambaleándose hasta tal punto que van a tener que fusionarse por narices, aunque alguna caja, como Cajasur, ya está intervenida ( manda güevos: más dinero público para sanear las cuentas de una institución dirigida por los Obispos). El paso siguiente, que nadie lo dude, será liquidar esos créditos hipotecarios basura, lo que costará al sistema financiero muchísimo dinero y mientras dure ese proceso durará la crisis en España y en Europa.