Revista Ciencia

Hipotética entrevista a Ramón Nogueras

Publicado el 29 marzo 2020 por Scarioshr Óscar Huertas @ScariosHR

O. - Y en estos días de cuarentena que tenemos un poco más de tiempo para pensar, que nos asomamos al balcón y darle vueltas a la cabeza seguro que os ha pasado que al mirar a las nubes véis formas, figuras. De alguna manera nos retrotrae a nuestra infancia. Pero cuidado porque esta capacidad de nuestro cerebro de ver figuras donde no las hay nos puede también jugar malas pasadas.

Para hablar de este tema hemos traído al programa de hoy al psicólogo y divulgador Ramón Nogueras. Ramón, buenos días.

O. - Ramón, vamos a comenzar hablando precisamente de esa capacidad que tenemos de reconocer formar donde objetivamente no las hay, de pareidolia. ¿Qué es y por qué nos pasa?

R. - Efectivamente, ese fenómeno se llama pareidolia y es muy común y nada preocupante. Todos la hemos experimentado en algún momento de nuestra vida y de hecho, si lo pensamos bien, usamos esta capacidad de modo cotidiano en nuestra comunicación, con el fenómeno de los emoticonos. Un emoticono no es más que unas pocas líneas que, sin embargo, enseguida interpretamos como un rostro. Un rostro que además tiene una expresión emocional concreta. Que seamos capaces de ver una expresión de emoción en un rostro emoticono no es diferente de ver un perro en una nube.

O. - Muy curioso, no lo había pensado así. pero, ¿Por qué somos capaces de hacer eso?

R. - Nos ocurre porque nuestro cerebro es una máquina de buscar patrones y siempre estamos intentando dar sentido a todo lo que nos rodea. Eso tiene sentido y está bien porque es la razón por la que hemos conseguido aprender tanto sobre el mundo y convertirnos en una especie dominante e inteligente. Pero además nos permitió reconocer patrones de cuando un predador nos acecha o cuando vemos unos ojos en medio de un patrón heterogeneo. Somos muy buenos buscando esos patrones.

O. - Sin embargo Ramón, es una capacidad un poco chapucera porque también somos capaces de ver una carita en un enchufe.

R. - Claro, porque es una habilidad del cerebro que hace un trabajo muy bueno, pero no es perfecto. Tampoco tiene que serlo. Tu ten en cuenta que las consecuencias de ver un patrón inexistente a menudo no suponen ningún problema más allá de hacer un poco el chorra, pero las consecuencias de no ver un patrón donde si lo hay, pueden ser mortales y que no llegues a transmitir tus genes. En este caso se ha seleccionado que es mejor ver patrones de más que saltarse uno bueno.

O. - Tiene sentido claro. Pero entonces, estamos diciendo que nuestro cerebro toma atajos, caminos rápidos que sin ser perfectos, nos dan una buena solución (vaya, esto me recuerda a la tarea del Algoritmo A*).

R. - No he entendido ese aparte, serán mierdas tuyas. Pero respondiendo a tu pregunta, es exactamente eso. Es lo que llamamos sesgos y heurísticos.

O. - Yo esto te lo he escuchado en alguna charla, pero explica esas dos palabras para nuestros oyentes.

R. - Si mira, un heurístico es una regla rápida que usamos para tomar decisiones en situaciones de incertidumbre o cuando no podemos dedicar tiempo a sacar el sistema de pensamiento lógico a pasear. Los heurísticos fueron definidos en los años 70 por Herbert Simon y refinados por Amos Tversky y Daniel Kahneman. Los experimentos son sencillos del copón. Una de las cosas que hicieron fue hacer que los sujetos escuchasen listas con nombres de hombres y de mujeres en igual número. A unos se les daba nombres de hombres famosos y mujeres menos famosas y a otros se les daba una lista de mujeres famosas y hombres menos famosos. Cuando los investigadores les preguntaban, los sujetos tendían a responder que en su lista había más nombres del género que contenía a más famosos, aunque la realidad fuera la contraria o paritaria.

O. - Y he escuchado decir que esto también lo aplicamos al juicio que hacemos sobre las personas. ¿Juzgamos también por heurísticos?

R. - Y tanto que si. Tendemos por ejemplo a pensar que las personas que tienen características físicas asociadas con la vejez son menos peligrosas y es menos probable que sean una amenaza para nosotros. Esta es una buena regla, porque la mayoría de veces es correcta, así que, si vemos a una ancianita o ancianito, probablemente no tomemos precauciones. Pero se nos olvida que los dictadores, los asesinos y los hijos de puta también se hacen viejos. Es lo que pasó con con el caso de Dorothea Puente, una asesina en serie californiana que sin embargo tardó mucho en ser juzgada por su edad y el juicio popular. Aunque en el juicio quedó probado sobradamente, el jurado necesitó más de un més para condenarla porque no había quórum.

O. - De acuerdo, esto son los heurísticos, reglas rápidas. ¿Y los sesgos?

R. - Los sesgos tienen mucha gracia porque son errores sistemáticos, es decir, errores que tendemos a cometer de manera consistente y casi predecible. A menudo estos sesgos pueden ser consecuencia de la aplicación de heurísticos, pero algunos de los más potentes, como el sesgo de confirmación, no se producen por aplicar una regla, sino como una manera de obtener otro tipo de beneficio psicológico. Los heurísticos a veces nos conducen a error y otras no, pero los sesgos siempre nos hacen equivocarnos.

O. - Bueno, no vamos a hablar aquí del listado de sesgos que son muchos y son la razón por la que el argumentario de mucha gente que cree en mierdas no vale para nada, pero dinos Ramón, ¿hay algún heurístico que sea muy común a todos y que se de con asiduidad?

R. - Claro que si. Quizá el primero y más influyente es el heurístico de disponibilidad que consiste básicamente en que tendemos a creer que aquello que podemos recordar con más facilidad es más frecuente o más importante o debe pasar más a la hora de evaluar una situación. Por eso como la información que tenemos más reciente es la más fácil de recordar, le damos mucho más peso. Es lo que pasa cuando vemos en las noticias casos de negligencias médicas, que no recordamos las miles de veces en que se dice que los médicos lo hacen de cojones. Obviamente no se basa en datos objetivos. Si tu preguntas a la gente, qué le preocupa más que le pueda pasar en una isla del caribe, un ataque de un tiburón o un cocotazo en la cabeza... te dirán que el tiburón. Pero la realidad es que cada año muere más gente por un cocotazo que por un bocado de tiburón. Sin embargo estos últimos no suelen salir en las noticias.

O. - Durante estos días de confinamiento no dejan de llegar bulos a los grupos de mensajería instantánea. La gente los distribuye y me da la sensación de que más de lo normal. Cosas incluye que alguna gente en una situación normal no se creería. ¿Qué explicación puede tener esto?

R. - Pues la respuesta corta es que somos unos putos borregos. La larga es que que somos muy permeables a lo que la gente de nuestro alrededor piensa o expresa. Aunque nos preciamos de observar el mundo con objetividad, lo cierto es que los demás nos influyen, y mucho, en cómo entendemos las cosas. Se hizo un experimento en los años 50 que se llama las figuras de Solomon Asch. Son básicamente dos recuadros. En uno hay 3 líneas de longitud a, b y c y en el otro una línea sin referencia de una longitud que corresponde a una de las 3 del otro cuadro. La línea sin referencia es claramente tan larga como la intermedia, la b. A una persona se le pregunta a qué referencia corresponde la que no la tiene y la gracia está en que este experimento a veces se hacía con un grupo y otras se le hacía a personas solas. Cuando los sujetos estaban solos, identificaban sin dificultad la correspondiente línea (con un 1% de personas que se equivocó). Cuando el experimento se hacía en grupo, el resto de miembros del grupo eran cómplices que se habían puesto de acuerdo para decir la incorrecta. Pues hasta un 75% de sujetos se dejaron llevar por la presión grupal. Al preguntar tras el experimento muchos pensaban que efectivamente estaban marcando la respuesta incorrecta, pero no querían quedar en ridículo, pero una minoría de gente realmente pensaban que la respuesta del grupo era correcta. Es decir, estas personas modifican su respuesta en privado para adaptarla a lo que había experimentado en grupo. Pues lo mismo pasa con las mierdas que nos llegan estos días por redes sociales, que igual no nos las creemos, pero las compartimos y defendemos igual.

O. - Muy importante este mensaje para acabar con la visita de Ramón. Como regla general no compartáis nada que no venga de fuente oficiales porque posiblemente estáis compartiendo bulos que no sois capaces de detectar y estáis incitando a la gente a creer en mierdas. Muchas gracias Ramón y hasta la próxima.

R. - Gracia a ti. Nos vemos.


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