Eva se ve frente al espejo, se está viendo y se da cuenta de que el espejo no sirve, solo se ve lo que ella quiere que vean, se ve mejor cuando cierra los ojos. Son las 2 am, cierra los ojos, se adentra al misterio que lleva en su interior, ahí está, la vemos, siendo única sin defectos, valiente, con virtudes. Ahí está él, ella lo ve, nosotros lo vemos, abre los ojos y ya no está en su habitación el silencio envuelve el ambiente, los rayos de la luna aparecen por los tragaluces alumbrando las grullas que tiene colgada en su pared, un suave viento pasa por ella el ruido vuelve a nacer.
él representa algo en su vida no sabemos qué es, ella no sabe qué es, necesitamos ayudarla, no podemos intervenir, nuevamente no podemos, ella está dentro del espejo, la vemos asustada, temerosa, ve la figura de ese hombre que la sigue mientras duerme, lo ve frente a ella, está colgando de una soga, camina lento hacia él pero algo se vuelve pesado, siente que camina en una arena movediza, mira el piso y efectivamente está en una arena movediza fangosa que detiene su paso, camina rápidamente. Se agita, nuevamente no puede moverse, no puede gritar, pide ayuda. El hombre se acerca y lanza la soga que está en su cabeza para que ella pueda salir de la arena que la está tragando poco a poco y dolorosamente, se desespera, nos desesperamos, ella no quiere coger la soga, le teme a ese hombre.
Algo suena en la habitación, es Eva que ha vuelto a aparecer frente al espejo, está parada temblando de frío, cae de rodillas y llora.
Esta vez abre los ojos y se ve ahí en el suelo, no sabe qué hace ahí, no recuerda lo que le ha pasado.