Historia de Cobisa

El término "Cobisa" podría derivarse del árabe qúbba, que significa bóveda, cúpula. En el pasado tuvo los nombres de "Covixa", "Cobija", "Covisa" y "Coviza"
Las tierras de su término municipal fueron propiedad de gentes de la vecina Toledo. Estos labradores pasaban más tiempo en los campos que en la ciudad y fue por ello que decidieron ir construyendo casas y más tarde una iglesia. Al poblado se le dio el nombre de Cobisa de Abajo. 
Con el tiempo se abandonó y sus habitantes pasaron a la vecina Cobisa de Arriba ( durante el siglo XVIII) donde había una ermita (s. XII).
Con el tiempo se le añadió una capilla para la Virgen de las Angustias (Patrona de Cobisa), una sacristía y la torre. Hoy en día es la Iglesia Parroquial de San Felipe y Santiago.
La alquería de Cobisa es ya citada en documentos mozárabes en el ano 1125.
En el año 1175, según exponen algunos historiadores, parece ser que ya existía la localidad de Cobisa. Un pueblo de la provincia de Toledo que se sitúa a tan sólo siete kilómetros de la capital y que mantiene intacta la esencia del espacio rural en muchos de sus rincones.
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En el documento de 1399 donde Enrique III indica las cantidades que los diferentes pueblos de Toledo y Madrid deben pagar, aparece Couisa.
Extensos olivares son los que conforman el paisaje de esta villa cuyo patrimonio arquitectónico está representado por diversas construcciones.
Este es el caso del edificio religioso más importante del lugar: la Iglesia Parroquial de San Felipe y Santiago Apóstol. Templo este que se ha visto sometido a varias restauraciones y remodelaciones siendo las más importantes las que se acometieron en 1942 y ya en el siglo XXI.
Igualmente destacable es el abrevadero aún existente desde hace siglos que era utilizado como canal de agua para paliar la sed que pudieran tener los animales que se criaban en el pueblo.
Y, por supuesto, tampoco hay que pasar por alto que a lo largo de todo el territorio de la localidad todavía se mantienen en un perfecto estado de conservación varias fuentes y manantiales. El conocido Pozo de las Nieves es quizás el más significativo de todos ellos.