Historia de España

Hay una vía directa para desenmascarar a los independentistas: enseñarles Historia de España.

Para encontrar equilibrio entre los defensores de los nacionalismos y los de la España plural, pero única, tendrían que estudiar los libros del más prestigioso de los historiadores catalanes, el también editor Jaume Vicens Vives (1910-1960).

Cuando se habla de la Historia de España que se cursaba en el bachillerato en el franquismo se cree que servía de adoctrinamiento fascista, percepción errónea tras el plan educativo de 1953, cuando el sueño imperial de Falange perdía fuerza, y volvían los profesores “rojos” depurados tras la guerra civil.

Uno de ellos fue Vicens Vives, cuyos libros anularon la visión falangista de España y del mundo.

La Falange, arrinconada, sólo impartía una asignatura que iba haciéndose una María más: Formación del Espíritu Nacional, lo que explica que los entusiastas del régimen en la universidades desde los años 1960 fueran ya una exigua y desconcertada minoría.

Los libros de Historia de Vicens Vives, profesor de la Universidad de Barcelona depurado tras la guerra, no enseñaban sueños imperiales, sino que presentaban una visión crítica y realista de España: guerras de tribus, romanos, paz, alianzas, reinos, taifas, expulsión del islam, la unión Castilla-Aragón –la España actual, con Cataluña--, Colón, los conquistadores, el imperio, la decadencia hasta el 98.

La mayoría de los políticos actuales –los de la Transición sabían Historia de España porque habían estudiado a Vivens Vives o similares- son pelotones de torpes y “torpas”, seamos políticamente bobicorrectos, que desconocen todo de su país.

Torpes/torpas aunque fantasmeen descaradamente, como el charlista vacuo Iglesias Turrión, que confunde siglos y frases porque nunca estudió historia ni leyó a ningún autor: saca sus citas de “El pequeño libro de las grandes citas”, de Gregorio DoVal, que quizás sea pariente de este cronista.

Hay que crear tribunales elegidos por consenso que examinen de Historia de España a los aspirantes a diputados. Quien obtenga menos de un nueve, suspenso.

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SALAS