Revista Cultura y Ocio

Historia de la literatura alemana contada en una hora. Klabund

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Historia de la literatura alemana contada en una hora. Klabund
      "Esta pequeña historia de la literatura no persigue ni propósitos filosóficos ni folológicos. Es nada má que un intento de presentación breve, genérica y ágil de las letras alemanas. La literatura de un pueblo se basa en lo más característico que éste puede tener: su lengua. En este sentido, la literatura será y debe ser siempre "popular"."
     Muchas veces, cuando busco el divertimento en un libro, también lo hago a través del conocimiento, de la anécdota, y me asomo tímidamente a títulos ensayísticos, con cuidado no se me atraganten. Hoy traigo a mi estantería virtual una de mis últimas incursiones, se trata de Historia de la literatura alemana contada en una hora.
     Conocemos a Klabund, cuyo verdadero nombre era Alfred Henschke, autor del libro. Y lo hacemos gracias al estupendo prólogo. Y, a través de las palabras de Klabund, hacemos un recorrido rápido, escrito con total parcialidad, por la literatura alemana en un librito que, como bien nos dice el título, podemos leer en apenas una hora.
     Lo primero que me llamó la atención fue descubrir que el autor de este libro, bien hubiera podido ser una suerte de héroe o antihéroe intelectual de una novela de ficción. y es que Klabund, cuyo nombre viene del matrimonio entre las palabras "duende de embarcaciones del Báltico" y "vagabundo", fue diagnosticado de tuberculosis en su adolescencia, en una época en la que ese diagnóstico equivalía a una sentencia de muerte prematura, falleció antes de los 40 dejando atrás una obra propia con más de 70 títulos, y alternó cabarets y sanatorios en los que otros autores alemanes se basaron para grandes obras, como La montaña mágica. Pero Klabund era, y lo digo tras haber disfrutado de sus letras en uno de los géneros menos resultones para ellos, sobre todo poeta. Y eso es perceptible en sus descripciones de miseras del alma, pasiones desatadas en forma de protagonistas literarios, la poesía que se desangra y calcina en manos de otro autor, poeta, o los paisajes de montañas que no dejan ver el cielo en la vida de un tercero que se dedicó también a la literatura. Y es precisamente este estilo tan personal, el que aleja a la obra de una relación de nombres y estilos y convierte el ensayo en placer, en fuente de curiosidades, opiniones y alguna anécdota en la que no faltan nombres desconocidos, sin que por ello el lector deje de disfrutar de lo relatado.
     Desde la Oración de Wessobrunn, del año 800 a la época en que se publica este libro, 1920, encontramos reunidos no solo unos nombres, sino también una época que se vuelve más detallada a medida que el autor se aproxima a sus años de vida. Y es que, si la literatura ha sido un fiel reflejo de la vida, por mucha ficción que se cuente en ella, es fácil ver los diferentes estadíos por los que ha pasado un país, una sociedad, e incluso establecer un paralelismo con la historia de cualquier otro país, a partir de las palabras de Klabund.Y también lo es dejarse llevar por filias, fobias y enardecimientos y cerrar el libro pensando que, aunque le falten los últimos años, ahora es más fácil acceder a escritores de otros países, y que en realidad, al abrir este libro, hemos abierto una puerta, o mejor una ventana, y disfrutado de un magnífico viaje que demuestra que hay que quitar el miedo a los ensayos. Porque muchos son tanto o más placenteros en su lectura, que una novela.
Por si no se nota, me ha encantado.
     Y vosotros, ¿sois de los que no os acercáis demasiado a los ensayos literarios?
     Gracias.

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