El ser humano, desde el principio de su existencia, se ha visto azotado por la enfermedad. Aun esta muy reciente el recuerdo de la espantosa epidemia de SIDA que durante los 90 del siglo pasado provocó la muerte de cientos de miles de personas. Ahora nos toca enfrentarnos a un virus que va a cambiar en muchos aspectos el mundo que hasta ahora conocíamos. Siendo muchas las epidemias que nos han azotado a través de los siglos surgen las preguntas: ¿Cuál ha sido la más terrible?¿cuál ha sido más trascendente por los muertos y los cambios que provocó en la sociedad? La respuesta parece evidente: la peste bubónica, también conocida como peste negra.
Fosa común de víctimas de la peste negra. Toulose, siglo XIV.
¿EN QUÉ CONSISTE LA PESTE NEGRA?
Se trata de una zoonosis, es decir de una enfermedad que se trasmite de animales a humanos. La provoca una bacteria conocida como yersina pestis que habita en pequeños mamíferos, sobre todo roedores como ratas, ardillas, etc Cuando estos animales afectados por la bacteria son consumidos por el ser humano, o los parásitos que ellas tienen nos pican, se produce el salto de los animales a las personas. Tras unos 15 o 20 días de incubación surgen los síntomas: la bacteria se reproduce en el sistema linfático produciendo unos característicos bubones o hinchazones de los ganglios por todo el cuerpo (garganta, ingles, sobacos, etc) fiebre, debilidad, aturdimiento mental, e insuficiencia respiratoria, etc Finalmente si el paciente no es tratado con los antibióticos que, afortunadamente tenemos en nuestro presente, y exceptuando a algunas personas que consiguen sobrevivir, el paciente muere en unos tres días como máximo. A veces la enfermedad se presenta en otras dos variantes: la peste septicémica que se produce cuando la bacteria pasa a la sangre. En este caso provoca grandes manchas oscuras en la piel, de ahí la otras denominación de la enfermedad como peste negra. La otra variedad era la peste neumónica que se produce al pasar la bacteria a los pulmones. Tanto la neumónica como la septicémica eran mortales casi al 100 por cien.
Ahora que ya sabemos que es y como cursa esta enfermedad vamos a ver cual han sido sus grandes brotes a lo largo de la historia.
Mano afectada por la peste negra.
LA PLAGA DE JUSTINIANO.
Es más que posible que hubiera otros brotes de peste antes de esta. Sin embargo es el primero del que tenemos constancia escrita. Recibe ese nombre porque su aparición y desarrollo(541-543) se produjo durante el gobierno de este emperador. La terrible pandemia afectó a todo el Imperio Romano de Oriente( lo siento, lo de Imperio Bizantino no es muy apropiado desde el punto de vista histórico, ya que ellos se llamaban a si mismos romani, ni siquiera sabían que significaba bizantino que es un término que se acuñó hace pocos siglos para evitar llamarlos por lo que ellos se llamaban a sí mismos: romanos).Volviendo al tema, también afectó a partes de Europa Occidental, Asia y África del Norte.
Parece ser que a mediados del siglo VI se produjo un enfriamiento global que favoreció el desarrollo de la plaga. Hay algunos autores, sobre todo científicos, que afirman que el reservorio de la peste estaba en China, sin embargo las principales fuentes para esta plaga ( Procopio de Cesarea y Juan de Éfeso) coinciden en afirmar que la peste llegó desde el Este de África, en concreto que llegó desde Etiopía. Los romanos de Oriente mantenían un activo comercio de marfil con esa parte del mundo, se calcula en casi cuatro toneladas anuales, la cantidad de marfil que llegaba al puerto de Constantinopla al año. Es por lo tanto perfectamente posible que sea cierto lo que nos cuentan Procopio y Juan de Éfeso: llegó de Etiopía al puerto de Pelusio, cerca de Alejandría en el 541. Desde allí pasó a Alejandría desde donde, por mar, viajará a Constantinopla, la capital de un imperio Mediterráneo, que irradiará la enfermedad hacia el resto de Europa a través de sus rutas comerciales y militares. Por tierra desde Egipto pasa a Gaza y al año siguiente, en el 542 las grandes ciudades de Oriente( Jerusalén y Antioquía ya están afectadas) . También la política de renovatio imperii en África, Italia e Hispania extenderán no solo el poderío de Constantinopla por el mundo, sino que también contribuirá a extender la peste negra por numerosos puertos del Mediterráneo, continuando luego por el resto de Europa donde alcanzará incluso regiones del norte de Dinamarca e Irlanda. Ninguna zona estaba a salvo de la peste
La situación previa a la enfermedad era favorable para la prospera Constantinopla, que contaba con una población de entre 500.000 a 800.000 habitantes. Se había impuesto a los vándalos en el Norte de África y a los ostrogodos en Italia, ahora tenía sus ojos puestos en Spania y además guerreaba con éxito contra los persas
La inesperada llegada de la peste no impidió que el gobierno de Justiniano adoptara medidas para gestionar la enorme cantidad de cadáveres que la plaga iba dejando. Procopio nos cuenta que en los peores momentos se producían entre 5.000 y 10.000 muertos al día. El Emperador nombró al refendarii Teodoro, ,un importante funcionario imperial, encargado de la gestión de esta crisis. Se le dieron enormes recursos para contratar gente que se encargara de enterrar los numerosos cadáveres que la enfermedad dejaba. Se confiscaron las tumbas privadas y hasta las torres de las murallas se llenaron con los cuerpos de las víctimas; se arrojaban los muertos desde los muros que daban a la costa, esperando que la marea se los llevara mar adentro. Finalmente, se optó por enterrar a los muertos lejos, en las afueras de la ciudad, en enormes fosas comunes.
El propio Justiniano contrajo la enfermedad, lo que produjo un vació de poder que se solucionó con la recuperación del Emperador y el castigo de dos de sus generales más prestigiosos: Buzes que fue condenado y encerrado dos años en una mazmorra y Belisario al que se le confiscaron todos sus bienes y se le alejó de la corte. Justiniano no será la única victima poderosa que fue afectada por esta enfermedad, el propio papa de Roma, Pelagio II, morirá en el 590.
La medicina no estaba preparada para combatir la peste con éxito, aunque algunos médicos optaban, con acierto, por sajar y drenar los bubones, dando así una oportunidad a los enfermos de sobrevivir. La gente en su mayoría volvió sus ojos a lo religioso. Los cristianos insistían en visiones apocalípticas. Algunas prácticas paganas como la interpretación de los sueños o las consultas a los magos que preparaban remedios con polvos procedentes de los cadáveres de hombres santos se multiplicaron. Nos cuentan las fuentes que el propio Gregorio de Tours curó a un joven enfermo haciéndole beber agua en la que había mezclado cenizas extraídas de la tumba de San Julián.
Las consecuencias de la plaga de Justiniano fueron terribles. Se la puede considerar una de las más grandes epidemias que ha sufrido la humanidad. Se calcula que entre el 541 y el 750, que es cuando desaparece de Europa hasta el siglo XIV, supuso la muerte de entre 25 a 50 millones de personas con las consecuencias que eso tendrá en todos los aspectos. La economía quedó totalmente desarticulada. Los salarios se dispararon ante la falta de mano de obra, lo que tuvo como consecuencia una hiperinflacción que durará decenios. Amplias extensiones de terreno se quedaron sin cultivar, lo que unido a las condiciones climáticas más frías provocó plagas de langosta que prefiere avanzar por zonas sin cultivar, con una gama más amplia de especies vegetales, que por campos cultivados que presentan a estos insectos una menor variedad de alimento. De estas plagas de langosta tenemos testimonio por ejemplo en la zona de Toledo que fue especialmente castigada. La perdida de estas cosechas favorecía la mortalidad en los periódicos rebrotes de peste y agravaba las consecuencias.
En lo militar y político las consecuencias fueron catastróficas. En el frente persa se perdió una amplia región que había costado mucho recuperar. Los persas pagaron un alto precio por ello, también la peste los afectó, llegando hasta territorios tan remotos como Yemen. Sin recursos fiscales el Imperio no podía enviar tropas de refuerzo a las diezmadas fuerzas que le representaban en la frontera del Danubio donde el poderoso pueblo de los avaros, libre de la amenaza de Constantinopla constituyó su propio imperio a costa de los territorios romanos y de otros pueblos como los eslavos a los que sojuzgaron. Los lombardos aprovecharon esta debilidad para invadir los territorios italianos del norte y la Toscana a Constantinopla. Para colmo, la situación de crisis en la capital fomentó continuas revoluciones contra el poder establecido como la revolución de Focas contra el emperador Mauricio, por ejemplo. Hay muchos autores que defienden que la plaga marcó el final de la Tardoatigüedad para dejar paso al la Edad Media.
Oriente no fue la única zona afectada. Toda Europa se vio afectada, entre los siglos VI y VII. Se han documentado unas 20 oleadas de peste. Por ejemplo en la Hispania visigoda apareció el mismo año de 542 produciendo "calamitates et miseriae" y una mortalidad similar a la de Constantinopla. Los rebrotes de peste están documentados en Toledo (573), Narbona (584), en las costas mediterráneas en el 588 y en el sur de Francia en el 693-694. Debido a la inmunidad que la población fue desarrollando, la plaga fue rebrotando cada vez con menos fuerza durante 200 años, hasta que en el 749 se da constancia del último golpe de la plaga, en esta ocasión en la ciudad italiana de Nápoles. Y después de esto, la terrible epidemia desaparece por casi 700 años de la historia europea.
Mapa de la expansión de la Peste de Justiniano
LA PESTE NEGRA (1346-1353)
Pudo ser la mayor epidemia de peste de la historia de Europa. Al parecer durante la primera mitad del siglo XIV se vivió una pequeña Edad del Hielo que provocó un descenso de la producción agrícola. A pesar de que la epidemia tuvo un efecto devastador sobre todas las clases sociales, y provocó la muerte de reyes, eclesiásticos y nobles, afectó más a los pobres que no tenían recursos para alimentarse bien tras esa sucesión de malas cosechas. Se propagó a través del flujo comercial, hay estudiosos que defienden que se originó en China, desde ese lugar pasó a Asia central y desde allí en personas y en los propios camellos de las caravanas, a través de la Ruta de la Seda, llegó a Europa. El punto concreto en el que parece que todo empezó fue en la ciudad comercial de Caffa, en la península de Crimea. El lugar estaba asediado por el ejercito mongol de la Horda de Oro. Algunos de los integrantes de su ejército ya venían enfermos, se dice que incluso arrojaron pedazos de los cuerpos de los muertos por la peste con catapultas al interior de la ciudad. Cuando los numerosos comerciantes genoveses que había en el interior de la ciudad vieron como la plaga comenzaba a extenderse dentro de sus murallas, se lanzaron a la huida en sus barcos. La tragedia estaba servida. Fueron llevando la enfermedad a todos los puertos en los que fueron recalando. Primero a Constantinopla, después bajaron a Alejandría, desde donde dieron el salto a Sicilia. Cuando llegaron a su patria, Génova, ya se sabía que sus embarcaciones portaban la peste y se rechazó su atraque en el puerto, así que pusieron rumbo a las prosperas ciudades costeras del Sur de Francia como Marsella y a las de la Corona de Aragón. Y desde esos lugares, ya nadie pudo frenar su expansión por el resto de Europa. Tan solo algunas de las zonas más remotas como Islandia o Finlandia se libraron de esta plaga.
Al no estar desarrollada la ciencia los argumentos que se esgrimían para dar con el origen de la peste eran de lo más variopinto: la corrupción del aire que provocaba la descomposición de la materia orgánica; los científicos de la Sorbona lo justificaban por la aparición de eclipses y la alienación de planetas; el médico Alonso de Córdoba afirmaba que el origen podía estar en los gases emanados de una falla provocada por un terremoto en Italia que liberaba gases del infierno a la atmósfera; incluso un médico de Marsella dictaminó que se podía trasmitir a través de la mirada. Los eclesiásticos amenazaban a sus feligreses afirmando que era un castigo divino por los pecados de la humanidad. Sin embargo, como ya hemos dicho más arriba, la trasmitían los parásitos que las ratas, presentes en casi todos los hábitat humanos en la Edad Media ( calles, casas, iglesias,mercados, barcos, etc).
Representación de la llegada de la peste negra a una ciudad.
Giovanni Boccaccio florentino que vivió la peste en primera persona y que escribió El Decamerón nos narra el proceso de la enfermedad:"pero no ocurría como en Oriente, donde el verter sangre de la nariz era signo de muerte inmediata, sino aquí, al empezar la enfermedad, salianles a hembras y varones unas hinchazones en las ingles y lo sobacos que a veces alcanzaban el tamaño de una manzana común...se las llamaba bubas... iban surgiendo por todas las partes del cuerpo manchas negras o lívidas, surgían en brazos piernas y demás partes.... y eran signo de muerte inmediata"
Los expertos difieren mucho en la cifra total de muertos que la paga provocó en el siglo XIV. Las más altas dan una cifra de fallecidos que se acerca al 60 por cien de la población europea. Los más prudentes afirman que esa cifra solo es válida para regiones de Europa especialmente afectadas o para grandes ciudades comerciales como Marsella, por ejemplo. Lo más correcto es pensar que murieron entre el 30 y el 40 por cien de los europeos. En París, una de las ciudades más afectadas, se llegaron a enterrar a cerca de 500 personas por día. Europa tardó, debido a los periódicos rebrotes de la enfermedad, 200 años en recuperar el número de habitantes anterior a al 1346 y algunas ciudades especialmente afectadas como Florencia no lo harán hasta el XIX.
Médico sajando un bubón
La plaga cambió el mundo para siempre. El feudalismo, en torno al cual se organizaba el mundo, se vino abajo. Ante la falta de mano de obra se produjo un aumento notable en los salarios. La autoridad de nobles y de la Iglesia, impotentes para hacer frente a la epidemia, se vio mermada en favor de la figura del rey que fue acumulando cada vez más autoridad y poder. Mucha gente emigró a las ciudades desde el campo. Los campesinos que quedaron pudieron cultivar tierras mucho más extensas. La Edad Media se acababa para dejar paso, con el Renacimiento donde el individuo se convertiría en el centro de todo, a la Edad Moderna..En todas las crisis siempre hay un chivo expiatorio al quien cargarle las culpas. En este caso fueron los judíos. Se les acusó de envenenar pozos, puertos y calles para acabar con los cristianos. Serán muchos los que mueran en los pogromos de Alemania, Suiza, Aragón, Francia, etc. El papa Clemente VI publicará una bula papal para exculparlos de la responsabilidad de la plaga.
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LA PESTE EN LOS SIGLOS XVI, XVII y XVIII
Esta vez la peste se quedó en nuestro continente para no irse en muchos siglos. Algunos de estos brotes tuvieron carácter de auténticas pandemias,como la gran peste de Viena, la de 1649 que acabó con casi la mitad de los sevillanos o el último de los grandes brotes de peste el de Marsella, en el 1720.
El XVI transcurrió con la presencia casi permanente de la peste en las riberas del Mediterráneo: en España en el 1507 murieron unas 30.000 personas; en el 1518, hubo peste en Valladolid; en la década de los 20 le tocó a Valencia, Sevilla y Córdoba; en los 30, su extensión fue casi general y en los 40 fue Castilla la región asolada. Especialmente grave fue la Peste Atlántica (1596-1602) . Al parecer la enfermedad llegó en un barco cargado de lana desde Flandes que atracó en Santander, desde donde avanzó hasta Andalucía. Allí se reactivó y volvió a barrer España hacia el Norte de nuevo. A finales del reinado de Felipe II se perdió el 15 por cien de la población. En Madrid murieron el 30 por cien de sus habitantes en el momento de más intensidad, alrededor de 1599.Aunque no solo afectó a España, la peste devastó otros países como Francia(Marsella y Provenza en 1502) , Alemania(1515), Italia en la zona del Milanesado(1525 y en el 1577), en Inglaterra, Alemania y Flandes(1544), en Transilvania en 1554, etc-
El siglo XVII fue un siglo terrible en cuanto a epidemias de peste, en especial en Sevilla que empezó el siglo con casi 180.000 habitantes y lo acabó con tan solo 85.000, siendo la terrible plaga que sufrió una de las grandes causas de esta catástrofe. Fue conocida en la ciudad como la Gran Peste(1647 a 1652), que afectó en especial a la Baja Andalucía y a la zona oriental de España. Es allí en el Levante español donde consta que aparece primero, posiblemente proveniente de Argel. Desde Valencia, donde acabó con 30.000 personas se extiende en dos sentidos hacia Andalucía y hacia Aragón y Cataluña. Solo en Málaga se cobró 40.000 vidas y la gran ciudad de Sevilla, centro del comercio con América, una de las más prosperas y cosmopolitas de su tiempo, pero a la vez una de las más desordenadas y hacinadas de Europa, pagó a la peste un tributo de 60.000 vidas, casi la mitad de su población.
Máscara de médico para trabajar con apestados. Siglo XVI y XVII
Bernat Más un médico de Barcelona describía en 1625 la pestilencia en su ciudad:
"las señales propias de la legítima fiebre pestilencial, según todos los doctores son muchas y muy grandes. Particularmente aturdimiento, peso y dolor de cabeza; sequedad, negritud y acidez en la lengua y la boca; olor fétido del aliento; sed insaciable; congoja continua del cuerpo; ascos y vómitos ordinarios..."
Además de España la peste llegó a Francia ( 1607, 1619) a Polonia(1621), a Palermo, Metz y Londres en 1625. En la capital inglesa mató a casi 35.000 de sus habitantes y años después en el 1665 volverá y se cobrará 12.000 muertes más. En el brote de Nápoles perecen más de 20.000 personas en 1650. Seis años después(1656), ya afecta a toda Italia. En 1660 se extiende por Alemania. En 1686 se extiende al otro lado del Atlantico a Guatemala. A veces resulta complicado por la escasa información en las fuentes diferenciar entre peste, tifus, tifoidea o influenza.
Escena de la serie "La peste" que se ambienta en la plaga que azotó Sevilla. Movistar.
El último gran brote de peste de este ciclo se produce en el siglo XVIII, en 1720 en la ciudad de Marsella, donde la peste llegó en un barco, el Gran San Antonio. Desde el puerto se extendió por toda la ciudad causando entre 30.000 y 40.000 muertes, sobre un total de 90.000 habitantes. En la Provenza que es la región circundante mató a unas 90.000 personas de una población total de unos 400.000 habitantes. No obstante la peste rebrotará con menos fuerza en en Sicilia (1743), en Nápoles(1764). En Moscú hubo una terrible peste que costó 80.000 vidas en 1771, pero no tenemos la certeza de que se tratara de peste bubónica.
Michel Apriete( Escena de la peste en Marsella)
DEL SIGLO XIX A NUESTROS DÍAS
En 1855 la peste volvió a aparecer en la provincia de Yunnan en China y a través de las rutas comerciales del opio y del estaño fue extendiéndose por el país, hasta llegar en 1894 a Cantón y Hong Kong. De allí pasó a la India en 1896 y a través de las rutas marítimas de comercio se extendió a lugares de los cinco continentes ya en el 1900. Durante 50 años causará en todo el mundo unos 10 millones de muertes, dándose por controlada, que no exterminada, en 1959.
Inspectores de cuarentena en la plaga de Hong Kong. Siglo XIX.
Hoy en día la peste se cura con antibióticos. Su extensión por todo el mundo tuvo como consecuencia que se establecieran focos en Estados Unidos (Nuevo México, Arizona, California y Colorado), América del Sur (Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador) y sobre todo en África en especial en Congo y en Madagascar, aunque esta enfermedad ha tenido brotes en 1983 en Tanzania, Mozambique y también en Asia, en concreto en Vietnam.
Entre 2004 y 2009 la Organización Mundial de la Salud(OMS) publicó la declaración de 12.503 casos de peste en humanos, con una tasa de mortalidad de 6,71 por cien, es decir 843 muertos. Entre 2010 y 2015 según la OMS fueron 3284 casos y 584 muertes.
En el 2017, en Madagascar, donde es endémica, hubo un terrible brote que afectó a casi 2000 personas y le costó la vida a cerca de 200.
De todo lo que os hemos contado, podemos quedarnos con el dato esperanzador de que la humanidad a lo largo de su existencia ha convivido con la peste y con otras terribles enfermedades y que a pesar de haber pagado a veces un precio elevado, siempre las ha superado, igual que superaremos con nuestro esfuerzo y responsabilidad social la que afrontamos ahora.
BIBLIOGRAFÍA
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