El término "Navamorcuende" es un compuesto de Nava1 y el antropónimo Morcuende que a su vez es un compuesto de Mor y Cuende. Mor podría derivarse del árabe al-muruy, plural de al-mary 'el prado', mientras que Cuende parece ser un arcaísmo de 'conde', con lo que el topónimo significaría 'los prados del conde'. Joan Corominas apunta como posible etimología el origen celta de Nava con Markovindi, 'rabo del caballo blanco'.
Parte trasera de iglesia de Nuestra Señora de la Nava en Navamorcuende.
El pueblo sería fundado en 1276 cuando el Concejo de Ávila dona los cotos de Navamorcuende y Cardiel a Blasco Ximénez por el «servicio que nos feciste señaladamente en la yda que fuiste al Rey para nos el concejo cuando era en Belcayre», para que «lo podades poblar de quienquier e a qualquier fuero que vos querades» indicándose «... el heredamiento que avedes en Navamarquende...».
Según Jiménez de Gregorio el nombre ya aparece en el siglo XI como Dehesa de Navamorcuende.
A la muerte de Ximénez en 1294, se establecieron sendos mayorazgos en favor de sus dos hijos mayores.
El primogénito, Fernán Blázquez, recibió Navamorcuende y el segundogénito, Gil Blázquez, Cardiel junto con el Castillo de Bayuela, especificándose que «este heredamiento que lo aya assi como me lo dio el concejo de Avila e me lo otorgó e me lo confirmó mio señor el Rey con aquellas libertades e con aquellas franquezas que dicen en las cartas e en los previllegios que yo ende tengo assi como yo lo ove fasta qui.»
Pedro de Tolosa hace contrato el 14 de noviembre de 1559 siendo sus fiadores Cristóbal de la Canal y Bautista de Olmedo (Ver transcripción completa).
El contrato lo hace con el mayordomo de la iglesia don Bernal Gómez para realizar “la capilla de la iglesia de la dha villa q[ue] me dio a hazer el muy Yllustre Señor don Enrrique Davila mi Señor como patron que es de la dha iglesia y señor de la dha villa a la traça e con las condiçiones que yo di a su m[erce]d”.
Primera página de la copia del contrato de Pedro de Tolosa con D. Enrique Dávila para hacer la cabecera de la iglesia de Navamorcuende (Archivo Diocesano de Ávila)
El contrato posee dos partes:
Una funcional que afecta directamente a la obra y al lenguaje de cómo ejecutarla.
Otra segunda parte más burocrática, administrativa y financiera.
Cabecera de la iglesia de Navamorcuende
1º Condición: Se indica que “se proseguira en el mesmo ancho que tiene la capilla principal”, siendo la separación entre el crucero y cabecera con “colunas cuadradas que seran de relieve”, es decir, a base de pilastras.
2ª Condición: Se especifica que las pilastras, basas y capiteles deben ser “hordenadas de la horden dorica”. El cerramiento de la capilla se ha de producir “sin cruceria ninguna” y se prevee la necesidad de abrir “luçes en la capilla ansi en la parte denmedio dia como hacia el norte”.
3ª Condición: Se abarca la forma de cómo cubrir la cabecera que debe mantener la forma ochavada cuyos paños han de ir “monteadas a medio punto contra el perpianno”. Respecto al tramo recto que precede el ochavo se abrirán “quatro ventanas para dar luz bastante y mas majestad” cubiertas por una bóveda “enredando con las pichanas selladas”, es decir, por un bóveda baída.
4ª Condición: En el espacio interior central se decide crear una gran hornacina “de manera q[ue] quede el retablo encajado” el cual “se cerrara con la mejor forma q[ue] se deva dar”.
5ª Condición: La última condición técnica hace referencia a cómo continuar la cabecera en su parte externa, la cual debe ser tal y como estaba iniciada, es decir, de forma ochavada y con sillares de cantería. Pero el arranque de los contrafuertes o estribos también estaban iniciados y se pide que no se continúen y sean “rematados con un carton grande”. Finalmente, toda la obra debe estar bien “revocado y pinçelado y puesto en perficion sin faltar cosa alguna”.
Terminadas las condiciones formales que afectan a la arquitectura, después existen otras cláusulas como que la obra debía ser pagada con “todos los frutos del que estan hasta oy caydos” o cuando se concluyera tendría que ser tasada por maestros de cantería elegidos tanto por la iglesia como por parte de Tolosa. Estas condiciones son importantes, porque serán la razones que lleven a que la obra, en lugar de acabarse en un corto espacio de tiempo, se alargara por muchos años más
Perteneció al señorío de los Dávila, después marqueses de Navamorcuende por voluntad de Felipe IV.
Aún existe en el casco urbano las ruinas de un palacio junto a una huerta que fue ocupado por el Marqués de Navamorcuende, título otorgado en 1674.
En el siglo XIX era cabeza del Estado de Navamorcuende con el título de marquesado que fue incorporado a la casa de Abrantes y se componía de las villas de Almendral, Buenaventura, Cardiel de los Montes, Sartajada, Sotillo de las Palomas ySan Román de los Montes.
Navamorcuende perteneció a la provincia de Ávila y a la región de Castilla la Vieja hasta que en 1833 fue incluida en la provincia de Toledo.
A mediados del siglo XIX tenía 430 casas y el presupuesto municipal ascendía a 32.856 reales de los cuales 3.300 eran para pagar al secretario.
Fuente: Wikipediahttp://bloghistoriadelarte.com/2011/12/15/la-iglesia-de-navamorcuende-toledo-1a-parte/
Revista Cultura y Ocio
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