Revista Opinión

Historia de sordomudos

Publicado el 07 enero 2011 por Fragmentario

Historia de sordomudosElla subió primero, él sacó los boletos, con paciencia, mirando el escote ineludible de la rubia sentada junto a la máquina. La chica se dio vuelta a consultar qué asientos elegir, y lo atrapó.

Con esa alegría maligna que provocan las pequeñas desgracias ajenas, los pasajeros mirábamos como la novia celosa increpaba al muchacho. Tardé unos segundos en darme cuenta de que lo llamativo no era la escena, sino la ausencia de sonidos. La piba dibujó un recorrido con dos dedos entre sus ojos enrojecidos y sus propias tetas, señaló con prudencia en dirección a la rubia y realizó un gesto de asco sobre su flequillo. Rechazó los abrazos del pecador, que no encontraba otro punto de defensa fuera de restarle importancia a las cosas, pestañeando y negando. Cuando intentó mover las manos para decir algo, lo calló regresándole las palmas a los costados.

Así, llegamos al puente y la lucha seguía. Ahora el flaco -que, luego de bancarse todos los discursos indignados, había tomado la iniciativa- exageraba señas y muecas, mientras su interlocutora, impasible, le daba pequeños cachetazos y se tapaba la boca con la mano ante el mínimo intento de beso. Para esa altura todos estábamos más a favor del chico, porque el sentido común dicta que media hora de castigo verbal era algo desproporcionado para cinco segundos de ojos puestos en unas tetas, más allá del debate esencial de si las tetas lo merecían o no. Llegábamos a Corrientes. Mi compañero de viaje me contó algo sobre una imprenta tomada que no alcancé a retener para no perderme esta historia.

Sin avisar, el muchacho hizo retroceder el pie derecho, dibujó una finta en el aire ante la nariz de su sorprendida amada, puso las dos manos en el corazón y se lo ofrendó con las manos juntas y abiertas. Con mucha más furia que la que usaron para pelearse, se besaron. Los mirones nos miramos aliviados y sonrientes, pensando en silencio. Ellos siguieron hablando durante todo el resto del viaje.


Volver a la Portada de Logo Paperblog