El favoritismo real hacia los judíos fue a menudo causa de tumultos, como la revuelta de 1178, en el que murió la amante judíadel rey Alfonso VIII.
En esta revuelta también murieron Judá y Samuel Alnaqua. O la revuelta de 1212, coincidiendo con la llegada de judíos que huían de la intolerancia francesa. La respuesta del arzobispo de Toledo fue cargar a la comunidad judía con nuevos impuestos: cada judío mayor de veinte años tendría que hacer frente a un gravamen anual, al tiempo que se les imponía una tasa adicional en concepto de lucro cesante en la compra de casas a propietarios cristianos.
El reinado de Alfonso X el Sabio, fue el de mayor prosperidad y esplendor de la comunidad judía de Toledo. De su situación nos da fe la cantidad en impuestos pagada por la aljama en 1284: un millón de maravedíes.
Durante su reinado la judería de Toledo será conocida por su gran extensión, la suntuosidad y belleza de sus edificios públicos y la calidad intelectual de sus rabinos.
Tras la muerte del rey Sabio, los judíos caen de nuevo en desgracia. Durante el siglo XIV, la epidemia de peste negra en 1348 y la guerra entre Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara traen como consecuencia un profundo malestar social del que son manifestaciones los ataques a la judería en 1355 y 1391. A esto se unió el incendió del recinto del Alcaná, barrio comercial donde los judíos tenían sus tiendas, talleres y algunas viviendas.
Hasta el 1222, año en el que comienza la ampliación de la catedral, la mezquita mayor, consagrada en diciembre de 1086 al culto cristiano, había sido poco modificada. A finales del siglo XIV, se proyecta la construcción del claustro, que comienza a construirse el 14 de agosto de 1389.
Hay dudas sobre si el incendio fue provocado por el Cabildo de la catedral para permitir la construcción del claustro proyectado por el arzobispo Pedro Tenorio en la zona del Alcaná.
Las revueltas antijudías de 1391 también llegan a Toledo. El 18 de junio, la judería de Toledo fue atacada durante la noche de manera similar a otras ciudades del reino. Entre las víctimas de la matanza se encontraban destacados artesanos, poetas y hombres de letras.
La mayor parte de las sinagogas de la ciudad fueron destruidas o seriamente dañadas.En febrero de 1398, el rey ordenó al alcalde Juan Alfonso y al tesorero mayor Juan Rodríguez de Villareal que hicieran averiguaciones sobre quiénes habían cometido los robos en la judería de Toledo, imponiéndoles a los culpables una multa de treinta mil doblas de oro.
Las desastrosas consecuencias económicas para la ciudad se dejaron sentir muy pronto; especialmente en los particulares, monasterios y otras instituciones religiosas que perdieron las rentas que tenían situadas sobre los tributos de las aljamas judaicas. Los más afectados fueron los capellanes cuyos beneficios eclesiásticos provenían de las rentas situadas en la judería.
Fuente: http://www.redjuderias.org/google/google_maps_print/toledo-es.html
Revista Cultura y Ocio
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