Revista Cultura y Ocio

Historia de un canalla

Publicado el 08 marzo 2016 por Aleon @Aleonpizarro
de Julia Navarro.
HISTORIA DE UN CANALLA
Título: Historia de un canalla.Autora: Julia Navarro.Editorial: Plaza y Janés, 2016Páginas: 864
Resumen oficial.
Soy un canalla y no me arrepiento de serlo.
Un audaz cambio de registro, en el que Julia Navarro disecciona la ambición, la codicia y el egoísmo del ser humano. Sin duda, su novela más psicológica.
Soy un canalla y no me arrepiento de serlo.
He mentido, engañado y manipulado a mi antojo sin que me importaran las consecuencias. He destruido sueños y reputaciones, he traicionado a los que me han sido leales, he provocado dolor a aquellos que quisieron ayudarme. He jugado con las esperanzas de quienes pensaron que podrían cambiar lo que soy.
Sé lo que hice y siempre supe lo que debí hacer.Esta es la historia de un canalla. La mía.
Thomas Spencer sabe cómo conseguir todo lo que desea. Una salud delicada es el precio que ha tenido que pagar por su estilo de vida, pero no se lamenta por ello. Sin embargo, desde su último episodio cardíaco, una sensación extraña se ha apoderado de él y en la soledad de su lujoso apartamento de Brooklyn, se suceden las noche...
Impresión personal.
En general, me gusta todo lo que he leído de Julia Navarro y he leído casi todos sus libros. Es una escritora que, a pesar de las muchas páginas que suelen tener sus obras, se lee de forma ágil porque tiene una forma de escribir muy sencilla y transparente. Ese estilo se aplica también a esta nueva novela de Julia Navarro. A pesar del "tocho" narrado en primera persona por su protagonista, la lectura se realiza con rapidez y sin que una se tenga que parar a analizar que fue lo que pasó antes, quien es quien o qué ha querido decir con aquello. Su escritura es clara, tanto como lo son sus personajes y eso, en este caso, yo lo he agradecido y reverenciado porque, bajo mi punto de vista, el mayor defecto de esta nueva novela de la autora es que le sobran al menos 400 o 500 páginas. Sinceramente creo que la novela podría haber prescindido perfectamente de las parrafadas de Thomas Spencer, el canalla protagonista, que aparecen en cursiva sobre lo que "podría haber sido y no fue" si él hubiera actuado de otro modo. No entiendo que aportan a la historia porque el propio Thomas siempre concluye diciendo que no se arrepiente de haber actuado como lo hizo.
HISTORIA DE UN CANALLAPor otro lado, muchas de las historias que Thomas nos va contando sobre su vida podrían haber sido mucho más escuetas porque la autora se alarga en exceso en detalles que además se repiten bastante a lo largo del libro. Al final, por ejemplo, la parte de las sospechas de envenenamiento son darle vueltas al tema en más de cien páginas. O la parte (partes en realidad) de la conquista de Esther y sus motivaciones se me ha hecho repetitiva capítulo a capítulo.
Además, creo que con un desarrollo más somero de la vida de Thomas perfectamente queda reflejada su condición más que de canalla, de "cabrón" extremo, aunque lo cierto es que en la novela los hay mucho más canallas que él, los que mueven realmente los hilos de la economía y la política mundial, como los abogados y el Sr. Schmidt. Lo cierto es que a medida que ha ido avanzando su vida Thomas Spencer me ha ido resultando un personaje patético y mediocre y su maldad sólo le viene de esa misma mediocridad y de su eterna envidia. Su problema mayor, es que es un canalla al que se le ve venir. Enseguida se le identifica como lo que es y realmente sólo puede con las personas que son débiles, bien porque lo son, bien porque le tienen algún tipo de cariño y no reaccionan cuando deben hacerlo. A mi personalmente, me hubiera gustado más, porque los considero verdaderamente peligrosos, saber como actúan todos esos "canallas" con piel de cordero y corazón de lobo, con buenas palabras que te apuñalan por la espalda, buenos modales que financian mafias, etc. Todo ese mundo de falsedad, imagen construida de forma ficticia sobre las que las masas se hacen una idea tan buena mientras te están robando a manos llenas sin que te enteres. Esos son los verdaderos canallas de hoy en día. Thomas Spencer no es más que una pieza mal construida que sólo sabe hacer mal de forma expresa y visible y todos los que tratan con él lo tienen claramente identificado. Me pareció más creíble su comportamiento durante su infancia que en la época adulta.
HISTORIA DE UN CANALLAEl resto de personajes tampoco me han gustado. No me han resultado creíbles. Me resulta muy difícil de creer que una persona como Thomas nunca se haya topado con la horma de su zapato a lo largo de toda su vida. Excepto Paul Hard, su antiguo profesor de publicidad, y Maggie, su secretaria, nadie lo pone nunca en su sitio aún teniéndolo perfectamente identificado. No me los he creído y ya lo siento porque del mismo modo que se le detecta la maldad de lejos, se le denota la cobardía y el miedo en cada maldad que hace.
¿Qué me ha gustado de esta novela? Aparte de la forma de escribir de Julia Navarro, como ya he comentado al principio, me ha encantado la fotografía tan real que hace del mundo político y del de los medios de comunicación, marketing y publicidad. Puede que sea deformación profesional, puede que sea que trabajo con políticos, pero esta temática me atrae siempre y la autora calca este mundo perfectamente. Thomas es un canalla si, pero todos para los que trabaja lo son aún más. El libro refleja claramente a través de los episodios que Thomas nos va contando de su trabajo, los juegos sucios que alimentan la política y el camino al poder, a ese poder por el poder, no al poder para cambiar o mejorar la vida de tus vecinos. La lucha por el poder para beneficio propio y de los tuyos, aunque eso te cueste destruir la vida del oponente en cualquiera de sus aspectos (familiar, económico, moral, etc.) Además las herramientas para conseguirlo: los medios de comunicación y la publicidad engañosa y manipuladora.
HISTORIA DE UN CANALLAAquel mismo día en los periódicos comenzaron a publicarse artículos a favor y en contra del fracking. Habíamos encontrado unos cuantos expertos dispuestos a avalar tamaño disparate. Cuando lee, el público no distingue quien está detrás de los expertos. Si añades al nombre un título universitario y un currículo que suene bien, creen realmente que el que opina es una persona decente. A veces no es así. Siempre se puede encontrar a quien defienda tus intereses, sobre todo cuando hay tanto dinero de por medio.

Ya sé a que a muchos lectores les pasa con la política lo que a mi con lo romántico y pasteloso, pero al margen de que guste más o menos, he de reconocer que la autora conoce bien el mundo de los medios de comunicación en sus dos vertientes: la corrupta y manipuladora y la que debería ser la correcta, que ejemplifica el fotógrafo en la novela.
En conclusión, no es que me haya desagradado el cambio de registro de la autora. La temática de la novela me ha gustado e incluso como está estructurada y que sea autobiográfica y en primera persona también. He podido odiar a Thomas a veces y otras me ha resultado un "pobre hombre" como el Capitan Garfío en Peter Pan (un hombre que no tiene mamá). Pero todo ello, podía haberse narrado en la mitad de páginas sin dar tantas vueltas a lo mismo, a lo que pudo y no fue, y a lo que fue con tanta extensión en detalles y repeticiones.

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