Historia de un cortejo.
Era siempre a diario,
llegar tarde y verte ahí,
siempre sola caminando,
y yo pendiente de ti.
Eternidad en el silencio,
no hacía falta decir más,
miradas en lejano coqueteo,
siempre jugando a enamorar.
Sonrisas furtivas por lo bajo,
la sensación de gran felicidad,
es eso el estar enamorado,
siempre sensaciones sin igual.
Suaves palpitaciones en el pecho,
tomados de la mano parecieran aumentar,
ritmo cardiaco en extremo elevado,
la sutil belleza de dos corazones al bailar.
Sudor y nerviosismo,
risas sin parar,
tiempo casi detenido,
solo nos resta caminar.
Dos almas que se encuentran,
armonía y paz en el lugar,
un par de locos que se besan,
minutos que no debieran de acabar.
Descripción casi perfecta,
una imagen sin igual,
es de la forma más correcta,
el cortejo un hermoso ritual.
Un día más que se termina,
mañana volveremos a caminar,
llegaré tarde de nuevo,
¿Será que me puedas esperar?
Se repetirá el mismo cortejo,
pero al final algo va a cambiar,
habrá una argolla para tu dedo,
solo tú sabrás si me quieres aceptar.