Revista En Femenino

Historia de un desamor (II)

Por Madrescabreadas @madrescabreadas

 

Así…sentada en el borde de aquella silla de la entrada, encogida, se quedó helada por fuera, pero mucho más en su interior.

No era capaz de saber el tiempo que permanecía allí.

Era tal su aturdimiento, su confusión… que más tarde comprendió que había estado noqueada, fuera de la realidad.

Se levantó, anduvo, casi tambaleándose, hasta el dormitorio.

Allí fue cuando, al ver el armario vacío, los cajones revueltos, rompió a llorar.

Tampoco fue capaz de saber las horas o los días que pasó en un puro llanto, amargo, desconsolado, desesperanzado…

Supo por terceros que él vivía con una joven de cuerpo “danone”.

Pero aquella chica no había sido su apoyo en los momentos difíciles de sus estudios, de problemas económicos, de salud… no era su primer amor con la entrega absoluta y desinteresada que ello supone.

Ésta se había limitado a ponerse guapa y recoger los frutos que entre su marido y ella habían sembrado.

Pasaron los años, y ella iba de depresión en depresión, al tiempo que buscaba trabajo. Lo pasó tan mal que dudaba de su recuperación.

Siguió pasando el tiempo, implacable, testigo de todo. Sin detenerse.

Por su esfuerzo y tesón encontró un buen trabajo para el que estaba sobradamente cualificada.

Su familia y las amigas que le quedaron más de una vez la ayudaron a recomponer su autoestima hecha añicos.

Empezó a darse cuenta de lo que valía, de su fuerza interior y de su juventud, aún floreciente.

Más tarde, entre su vida laboral, la entrega a sus hijos y a sus padres mayores, se percató de que era una mujer nueva, fuerte y viva.

En una excursión con sus amigas, conoció a un hombre que se quedó prendado de ella. Se fueron conociendo, y ella le correspondió.

En estos momentos están casados, y muy felices. Comparten su madurez, su ilusión, su vida que, hoy por hoy, es placentera, enriquecedora, apasionada y, a la vez, serena.

Historia de un desamor (II)

 


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