Revista Cultura y Ocio

Historia de un libro

Publicado el 13 mayo 2013 por Pepecahiers
HISTORIA DE UN LIBROHace mucho, mucho tiempo, cuando los dinosaurios andaban despreocupados por nuestro planeta... Bueno, realmente no hace tanto, aunque, recordar los momentos en los que el servicio militar era obligatorio, parece un ejercicio de retroceso en el tiempo algo notable para la vida de un simple mortal. Andaba yo por aquellos años realizando la popular mili y me encontraba destinado en unas oficinas, con múltiples funciones que realizar y el suficiente tiempo para lo que se denominaba por entonces  "escaqueo", o sea el arte de hacer lo menos posible. Una de mis tareas era la de pinta monas, es decir ocuparme de los diseños y dibujos que los mandos me encargaban. Recuerdo aquella mesa estupenda de dibujante profesional en donde me pasaba el día haciendo monigotes y dormitando también, justo es reconocerlo. Era el encargado de la fotocopiadora y no eran pocos los que acudían con libros, planos y demás documentos. Un día apareció el soldado encargado de la biblioteca de oficiales y, después de realizar algunas fotocopias, arrojó de forma despreocupada un libro a la papelera. "¿Pero que haces?", le increpé, "¿cómo tiras un libro a la basura, estás loco?". El tipo en cuestión, con expresión anodina, me contestó: "Me han dicho que lo tire, está viejo". "¿Puedo quedármelo?", le pregunté, y, ante el encogimiento de hombros, entendí que le traía al pairo, así que no lo dudé y tome aquel libro como el que recoge a un perro apaleado y abandonado. En efecto, el libro tenía ya sus años, era concretamente una edición de 1955 de "Ciudades muertas, pueblos desaparecidos" de Gordon Cooper, un escritor y viajero escocés. El título en si mismo era una especie de presagio del destino que le podía haber esperado.  En sus manchadas y gastadas páginas se podía adivinar el trascurso del tiempo, la experiencia vivida y, como en los buenos vinos, el poso de los años le convertían en una pieza humilde en su formato, pero grande en cuanto a su significado. Un superviviente que rescaté de una papelera y que desde entonces ha sido para mi un libro especial. Recuerdo como lo oculté en mi taquilla y, teniendo en cuenta que el único libro permitido era el "Manual del soldado" y, que de sorprenderme con un libro extraído de la biblioteca de oficiales, me podía traer más de un quebradero de cabeza, me sentí como en tiempos de la clandestinidad, como cuando tener un ejemplar de "El capital" podía ser un riesgo más que considerable en la España del franquismo. 
HISTORIA DE UN LIBRO

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