NUESTRA OPINIÓN...
Después de llevar unas cuantas lecturas de muchas páginas, mucha intriga y en alguna ocasión ritmo vertiginoso, Historia de una flor ha sido para mí un remanso de paz, una novela que llegó y acogí, en el momento apropiado, en ese que se necesita frenar un poco y disfrutar de una lectura distinta.Una novela tan bella y delicada como la flor a la que bautizaron con el nombre Saxifraga alba, que fue descubierta por Blanca Catalán de Ocón, la primera botánica española que tuvo su nombre en la nomenclatura científica universal, y en quien Claudia Casanova se ha inspirado para crear el personaje de Alba, la protagonista de esta novela.
Alba está a punto de casarse y después se trasladará a Mérida donde su marido tiene la plaza de Juez.
Se casará en La Solariega, no podía ser de otra forma, para ella es un lugar muy importante. Y mientras su mirada se pierde por ese lugar en el que tan feliz ha sido, no puede evitar echar la vista atrás y rememorar la ilusión que allí creció en ella por el estudio de la flora, sus primeros pasos en la botánica, sus dibujos, la recogida de muestras, sus recorridos y sus búsquedas, y el hallazgo de esa flor que ahora forma su ramo y que lleva añadido su nombre.
Seguro que se pueden decir muchas cosas de Historia de una flor. Entre otras, se puede hacer referencia al homenaje que Claudia Casanova hace a grandes mujeres que son totalmente desconocidas a pesar de sus grandes logros o contribuciones al avance de la ciencia y que merecerían la visibilidad que hasta ahora se les ha negado, como es el caso de Blanca Catalán de Ocón quien se convirtió en botánica gracias únicamente a su empeño y una madre que la alentó, en quien Claudia Casanova se ha inspirado para la protagonista de esta novela, entre otras. Pero voy a quedarme con mis sensaciones, con esas que han ido brotando según iba leyendo.
Como me alegro de "haber colado" Historia de una flor entre otras lecturas pendientes nada más llegar a mis manos.
Historia de una flor es tan bonito por dentro como por fuera. Es una maravilla cómo está escrito. Con esa sencillez tan parecida a la de algunas flores que no necesitan hojas grandes y colores muy vistosos, para que quedes prendado de su belleza y, posiblemente, se conviertan en tus preferidas.
Claudia Casanova utiliza una prosa con la que te deleitas, con la que te mece, te abraza, te arrulla, te transporta y te hace transitar por sus páginas sin darte cuenta, en volandas, y cuando quieres darte cuenta has leído sus 229 que te hubiesen gustado que hubieran sido el doble para perderte un poco más en ella. Es una novela que te hace sentir.
Me ha encantado reencontrarme con Claudia Casanova en una novela tan distinta a La perla negra, me ha gustado conocer esta otra faceta suya y disfrutar de otra forma con sus letras. Está claro que no hay que escribir muchas páginas para decir mucho, para transmitir mucho, para hacerte sentir mucho y para ganarse un gran lugar especial en el lector.
Creo que después de esto está claro que os recomiendo que no os perdáis esta maravilla y que la podáis disfrutar tanto como yo.
FICHA DEL LIBRO
FRAGMENTO