La comarca fue, como otras, partida, rota, dividida entre las provincias de Toledo y de Cáceres, cuando en el año 1833 el antiguo afrancesado don Javier DE BURGOS, siendo ministro del primer Gobierno Constitucional, después del fallecimiento de Fernando VII, presidido por CÉA BERMÚDEZ, lleva a cabo la división provincial de España, que se mantiene en nuestros días.
Ahora, no podemos olvidar la presencia de los caballeros abulenses en la repoblación de la comarca y de los obispos de la diócesis de Á vila en el plano eclesiástico.
Los limites comarcanos son naturales, al norte y al sur, con los ríos Tiétar Guadyerbas y el Tajo al límite oriental más indeciso; de la Hoya de Talavera se pasa a una llanura, por eso nuestra comarca se llama campo «llanura»; hay una zona meridional dinamizada por unas serrezuelas graníticas, intensificada en el municipio de Valdeverdeja que motiva la subcomarca de Los Riberos, recorridos por el río Tajo, que se abre paso a través de esta formación arcaica.
En esta serrezuela se levantan algunas de las villas comarcanas.
Por el Campo del Arañuelo discurre el camino que va de TOLETVM a EMÉRITA AUGUSTA, pasando por CAESAROBRICA-AQVIS (Talavera de la Reina), situado en el país, luego provincia hispanoromana, de Lusitania; pero antes sufre la influencia del imperio marítimo de Tartesos.
Poblado desde los más lejanos tiempos, las terrazas del Guadyerbas nos ofrecen cantos tallados del pleistoceno, del paleolítico medio y superior, también en la serrezuela meridional.
El neolítico, de las culturas del Bronce, del Hierro dejan testimonio en la comarca; así mismo los celtas dominan el país y dejan sus huellas en los bultos ¿Gomorfas de los toros y verracos y en la lapidaria celtorromana.
Los germanos, en diversas oleadas corren el territorio, roban los poblados, hasta llegar a la meta que es Mérida, una de las grandes ciudades hispanorromanas.
La población ayuda al gran ALFONSO VI en su desgraciado enfrentamiento con los almorávides en Zalhac (Badajoz), año 1085.
La presencia romana los asentamientos visigodos: los romanos están presentes en una forta
La conocida por Castro Comediano, en algunas lápidas funerarias, con los nomen BARIO, MANTA (ambas en Oropesa), FVSCA (Torralba), COSCONIO, VITAL, ALTA, DVRIO, CERISIANO, VRBANA, AVITO (todos en Alcolea).
En la necrópolis, muy notable, aparecida junto a la iglesia de Calcrucla, en las tardorromanas de Fuente La Plata y El Rondal (Oropesa), la de El Baleonal (en El Gamonal), Los Castrejoncs (Valdeverdeja), Un ara dedicada a la diosa ATECINAE en Caleruela.
Entre los nombres citados y sus lápidas hay una singular, que por su nostálgico y contenido merece destacarse. La lápida epigráfica se conserva sobre un muro del caserío de El Bercial de los Frailes en el término de Alcolea de Tajo.
La referida lápida dice así, traducida: «Si hubiera agradado a los hados correr en el orden justo, éste no hubiera muerto a los veinte años, sino más bien antes que él, su padre y su madre estarían sepultados aquí.
Sus desdichados padres le construyeron este triste sepulcro. Ahora él es el dueño del sepulcro y ofrece hospitalidad a sus desgraciados padres. A su piadosísimo hijo LUCIO AVINIO AVITO, construyeron este sepulcro su padre LUCIO AVINIO y su madre LUCE lA VRBANA" (Ricardo MARTÍ:--¡ VALLS).
El nombre de AVINIO no se encuentra en la Península y escasas veces fuera. De las varias villas hispanorromanas que debieron existir en la comarca, conocemos una, con interesantes mosaicos no lejos de la antigua CVSTVIS, Cohisa.
Esta población se sometió al pretor Fulvio NOBIUOR, en el año 215 a. de J.c., después de haberla sitiado.
En el patio de una labranza de Tórtolas se localiza un sarcófago romano, labrado en granito, y una lápida de mármol blanco con la inicial D, correspondiente a la palabra DlIS, referida a los Diose Manes ... », por su buena ejecución, posiblemente es del siglo 1; todo en el término de Calera y Chozas.
Ya nos hemos referido al camino romano que iba de TOLETVM a EMERTTA AVGVSTA, del que se mantiene el topónimo LA CALZADA.
También la palabra BAÑUELOS, referida a unos baños termales romanos. TORRA LB A «torre blanca» y COBISA.
Encontramos testimonios de los asientos visigodos en El Ricón (Alcolca), consisten en una columnilla y restos de una ventana gcminada en el cerro de la Iglesia en Caleruela.
La necrópolis ibero-celta-romana de Calcrucla se mantiene en época visigoda, con pilastras y pilastrillas con el clásico bisel.
En el térnino de Valdeverdeja ya se ha citado Bañuelos, en donde hubo poblamiento romano y después visigodo y mozárabe; ese nombre es un mozarabismo..
A las invasiones germánicas siguen las árabo-berébcres que corrieron estos campos.
Sus poblaciones siempre localizadas en las zonas de máxima diferenciación geográfica, sierra-llano, debieron sufrir mucho con estas correrías, seguidas por las invasiones almorávides y almohade; la derrota cristiana de Zalaca, como ya vimos.
A esas invasiones y batalla debieron seguir las consiguientes despoblaciones, aunque parciales, del territorio; sus gentes se refugiarían en las Lorlas serranas y montosas.
Se pudo mantener alguna fortaleza, como la de Oropcsa, o torres-vigías, como la de Torralba y atalayas.
Se mantuvieron, más o menos practicables, los viejos caminos. He aquí algunos topónimos relacionados o con posibilidades de estarlo con el pasado islámico del territorio: Alcañizo, Alcolea, Atalaya, Alijares, A/deanuevas, Aldehuela, Guadyerbas, Malpica, Alcomoca~, Tórtolas, Alias, Azogue, Alarejos.
En algunos casos la toponimia es mozárabe pero en su mayor parte castellana.
La presión Almorávide y Almoháde.
Barrios de Toledillo: Los almorávides intentaron ocupar en varias ocasiones la ciudad de Toledo y al no conseguirlo. entraroo en Talavera, pero no pudieron ocupar el alcázar.
Hay que suponer que allí quedó paralizada la ofensiva almorávide, sin continuar hacia el oeste.
La repoblación se inicia con lentitud, venciendo grandes dificultades; los intentos del rey ALFONSO VI. no pasaron de Talavera. famosa por la producción de aceite de sus densos olivares, en el año 1130. Faltaban repobladores.
Caído el poder almorávide. es llegado el momento de que ALFONSO VII intente la ropoblación.
A finales del siglo XII se cita Aleolea, antes llamada TURRUS DUQUE. Ya ALFONSO VI el 18 de diciembre de 1086, dona a la iglesia de Santa María de Toledo esta torre, siendo por ello la primera población de la comarca de la que conocemos el nombre, ya en Alto Medievo.
En el año 1129 aparece con el nombre de Barranco de Aleo/ea. En el 1192, el Papa HONORIO 11 y después EUGENIO 1lI, confirman la pertenencia de Alcolea a la archidiócesis de Toledo.
Hubo otras torres, cerca de las cuales se darán los poblados en estos años de Alto Medievo, como en Ton'alba, Atalaya y El Tarrico, por la relativa seguridad que daban la cercanía de esas torres.
Es interesante consignar que Herreruela, en el 1156 Ferrerueia, se repuebla por la explotación de una ferrería, de la que toma el nombre (en ese tiempo son muy frecuentes estos talleres, tanto en La Jara como en Arenas de los Perreros y en Candeleda de los Ferreros, hoy en la provincia de ÁVila).
Es probable que la repoblación básica se hiciera con mozárabes toledanos, de ellos la presencia del topónimo TOLEDILLO, que figura como barrio antIguo en Lagartera y en El Puente del Arzobispo. Este barrio estaba separado del resto de la población.
También puede estar relacionado con la repoblación los topónimos Navarra, Gallega, Gallego, referido a gentes de esos lugares de España que acompañaron a los castellanos en la repoblación.
El territorio comarcal había estado relativamente en paz con los almorávides, que no la iban a tener con los almohádes, siempre sobre la calzada de Toledo a Mérida, a pesar de que había caído Trujillo en manos cristianas y ALFONSO VIIJ había repoblado Plasencia.
En este tiempo, mediada la décimo segunda centuria, los almohádes corren la comarca, combatidos, con más o menos éxito, por los «Fratres de Ávila» (año 1173).
En este año la caballería almoháde vino en son de guerra desde Badajoz a Talavera, a través de la comarca, robando ganado (tres millares de cabezas) y haciendo cautivos.
En las grandes aceifas de los armohádes, dirigidas por El Miramamolín, contra Trujillo, Plasencia y Talavera, no se cita ninguna población arañuela, ni siquiera Oropesa.
En Talavera cortaron el olivar en el año 1196.
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