La repoblación abulense y de ALFONSO X:
La milicia del Concejo de Á vila ayudó a los reyes en su enfrentamiento a los almohádes y en otras ocasiones, solo esta milicia adelantó la frontera castellana hasta el río Tajo. poniendo en apuro~ a la ciudad de Plasencia y a la villa de Talavera, que se unen para hacer frente al expansionismo de Avila (año 1248), que tenía sus «extremos» (su Extremadura) en el casi deshabitado Campo del Arañuelo, en donde ya se advierte cierto movimiento repoblador en la segunda mitad del siglo XIII. Más que el Concejo de Ávila, los repobladores son los caballeros abulenses.
El castillo de Oropesa se había construido «para guarda del Campo del Arañuelo». Ya el Rey Sabio dice que «tomamos el castillo para labrarlo nos, et mandamos que todos aquellos que y quieran poblar que pueblen en derredor del.
Toma el castillo «por los muchos tuertos que se y recen». y por hacerlo bien, a los pobladores les exime de pecho en el 1274.
Ya, antes, en el 1257 el mismo ALFONSO X dona al clérigo Don Pedro REMÓNDEZ un heredamiento de diez yugadas (equivalente cada yugada a noventa y seis cahíces de tierra, esto es. a un quiñón. con ~olares para construir en El Arañuelo.
En el 1268 este monarca dispuso que El Bercial (luego de los Frailes) y Torralba pagasen sus diezmos a la Iglesia de Ávila.
En ese año manda el rey a las Justicias de Talavera que amparasen a su escribano Velasco GÓMEZ DE ÁVILA en la posesión de sus tierras y ganado en el Campo del Arañuleo, contra las intromisiones de sus vecinos.
En el 1271, este rey entrega el donadío de sei~ yugadas a favor de Gurda IBÁÑEZ. En el 1275 el Infante Don SANCHO (luego SANCHO IV) se enfrentó a las demandas de los Concejos de Oropesa y de Talavera, contra los derechos de Velasco VELÁZQUEZ.
El rey había mandado a los pobladores de Torralba que no enlrasen en las heredades de Velázquez a cultivar ni a cortar leña. ALFONSO X, por este tiempo da al maese Jacobo (¿un médico?) y a Fernán GARCÍA, veinte yugadas, vendidas luego a Femán PÉREZ DE VILLEGAS, todo confirmado por el rey en el año 1279. Sc cita en este tiempo el lugar de Tórfoles (hoy Tórtolas), que puso por nombre Estrada.
En el 1281 se documentan los concejos de Oropesa, de Torra/ha y de I-a¡.;arfera, pertenecientes a la Orden de Santa María de España. en el Obispado de Ávila. en este Campo del Arañuelo. (Esta Orden tenía estos pueblos antes de repoblarse Oropesa).
Antes de que el arzobispo TENORIO construyera la puente, parece que hubo uno de madera y junto a él una pequeña población llamada Alquerina (¿Alquería?).
Este lugar pasajero se podía vadear en determinado tiempo. Debemos pensar que si estaba poblado Turris Due (Akolea) en su montículo, lo estaría también en su escarpe junto al vado del Tajo, Alquerina.
Aquí pudo haber algún tipo de fortaleza o castillo, dado que sabemos que la puente se había construido con «piedras antiguas que se encontraron también al levantarse el palacio de nuestro arzobispo».
Todo abona' a que hubo población: el paso de una cañada ganadera al norte del río, la estrechez de éste y el vado, la existencia de un antiguo camInO romano procedente de la desaparecida AVGVSTÓBRICA, al Sur del río.
Los técnicos y obreros constructores de la puente, edificaron habitáculos, con los que se encontró el rey castellano JL'A~ I cuando pasó por el lugar «fallamos cerca de Akolea una puente ... e unas chozas e casas pequeñas que comenzaban a poblar en la ribera de la dicha puente»: aquellas choLas y casas se llamaron TOLEDlLLO.
Así pues, La Villa Franca de la Puenle del Arzobispo se llamó antes Alquerina y luego Toledillo. El rey SANCHO IV, en el año 1285, entrega una heredad en nueslra comarca, en los lugares de Retamosa y Finojosa, cerca de Talavera.
De todos los núcleos que ya figuran en el siglo XIII, el más notable y que más prospera es el de Oropesa. Su castillo se había construido, como ya vimos, para la guarda del Campo del Arañuelo.
Cuando el Arañuelo pasa de ser tierra realanga (Alfonso X y Sancho IV) a ser de señorío con el Tnfante Don JUAN, éste otorga carta-puebla a Oropesa en el 1300 «por que el lugar se pueble mejor y más a mi servicio», asimilando a los caballeros de la comarca a la situación de los de la vecina Extremadura.
El mismo Don JUAN ratifica, en el 1302, lo que era un hecho en los mentados reinados: que las iglesias de Oropesa, Torralba, La Corchuela y La Calzada corresponden al Obispado de Ávila.
En este tiempo hay población judía en Oropesa, ya desde el reinado de ALFONSO VIII, también moradores dedicados al curtido de pieles y otros que tenían caballos.
Por la ayuda que le preslan al rey ALFONSO EL ONCENO, en los campos de Calatrava, les concede privilegios en el año 1326.
En el 1351, por enlace matrimonial, se une el señorío de Oropesa con el de Vizcaya poniéndose en rebeldía conlra PEDRO I DE CASTILGA.
En ese año se les da el privilegio de que puedan elegir alcalde. Juan RUIZ, EL ARCIPRESTE DE HITA, nombra a Orapesa en sus versos contra las medidas disciplinarias tomadas por el cardenal Gil DE ALBORNOZ.
En el 1386 se firma una concordia enlre el Concejo de La Villafra~ca de la Puenle del Arzobispo y las monjas de San Clemente, señoras de ~zután, sobre el paso del ganado de pezuña eodida por la puente que mandara construir el arzobispo don Pedro TENORIO DUQUE DE ESTRADA.
El rey JUAN I DE TRASTÁMARA concede a La Villafranca y a la de A1colea, para fomentar Su poblamiento, la exención de alcabalas y pechos (galeotes, lanceros, pedreros, ballesleros y guías). Con el mismo fin, concede a La Villafranca una feria, desde San Juan de junio, en la que se vendían muchos ajos.
En el 1396, por merced de ENRIQUE JII EL DOLIENTE, la villa de Orapesa forma parte del señorío de don García ÁLVAREZ DE TOLEDO; ya ejercía su jurisdicción sobre buena parte de las villas arañuelas.
A mediados de esle siglo XIV se escribe El Libro' de la Montería del rey ALFONSO EL ONCENO, en él enconlramos algunos datos de inlerés comarcal: se dice que en la tierra de Talavera hay estos montes: «La Dehesa de Berceal, que es sobre el río Tajo, es buen monte de puecos (jabalíes) en invierno».
Los cazadores se situaban en los extremos de la dehesa y las vocerías (los ojeadores) «allende el Tajo». En los montes de la tierra de Trujillo, se cita el monte de Valdepalacios, como buen monte de jabalíes en invierno.
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