Revista Historia
Al Canal de Castilla le sucedió un oponente que tenía el mismo recorrido, lo que supuso una competencia atroz. El Canal, con el fin de continuar con la explotación, concertó con el Canal de Isabel II la continuación del transporte por carretera. Los del norte, a pesar de que tenían un recorrido paralelo, para poner la mercancía en puerto tenían que dar un rodeo por Burgos para llegar a Bilbao, ya que la parte de Santander estaba ocupada por otra compañía ferroviaria. Con el fin de competir, obtuvo el permiso de circulación por la parte de Santander, de grandes carretones. Hubo una competencia entre ferrocarril y canal en cuestión de tarifas y, finalmente, la compañía ferroviaria se quedó con el Canal de Castilla.La aparición del ferrocarril vino rodeada de una gran leyenda que se imponía a la implantación de este medio de transporte. No sólo el viajar por carril iba a ser altamente peligroso, sino que todas las posadas y ventas del país irían a la ruína. Se dijo, entre otras cosas curiosas, que las vacas, a la vista del ferrocarril, no podrían pastar en los prados, y las gallinas de las proximidades no podrían poner huevos. El aire envenenado por las locomotoras, mataría a los pájaros que volaran encima de ellas. Se argumentaba lo de siempre: que el empleo de las locomotoras convertiría en inútiles a los caballos, lo que extinguiría la especie y, por consiguiente, la avena y el heno se convertirían en artículos de lujo, en productos invendibles. Por último, argumentaban que el peso de las locomotoras iba a impedir el deslizamiento de los vagones sobre los raíles. Otros señalaban: "Los ferrocarriles son completamente inútiles, ya que mis diligencias nunca van llenas". "En la actualidad, a ningún comerciante ni diputado le supone nada llegar a destino una hora antes". Estamos hablando de los tiempos en que la gente se alumbraba con lámparas de petroleo, o con gas, y circulaban al mismo tiempo las diligencias y el Canal de Castilla. Palencia ha sido una de las pocas provincias que ha tenido al mismo tiempo las tres clases de transporte: dos de ellos en franco retroceso y el otro en vertiginoso desarrollo.El Ferrocarril, encerraba para algunos tantos efectos negativos que, con motivo de la inauguración de una línea férrea, un colegio superior de Medicina dictaminó: "La locomotora de vapor provocará, tanto en los viajeros como en los espectadores (tranquilos habitantes de las ciudades), graves lesiones cerebrales, y para proteger por lo menos a estos últimos, debería jalonarse el paso del ferrocarril con altas vallas".Por último señalaremos que, José María de Pereda, hace decir a uno de sus personajes:"No es posible que ese infernal invento mate al carro de bueyes. Podrá ser útil el ferrocarril, más no para la población que no se mete en un tren ni a tres tirones".A pesar de todos estos argumentos, la vida moderna no puede pasar sin ferrocarril, invento imprescindible y complementario de otros medios de trnasporte.
El autor de este blog, editó este importante trabajó firmado por el periodista alcarreñoJosé Pérez Llorente en la revista "Pernía", en la década de los 80.A los interesados en esta hitoria les remitimos a nuestra revista pernía donde iremos publicando periódicamente todo el ensayo.Imagen: Wikipedia