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Historia – El trágico destino de Maximiliano y Carlota

Publicado el 15 octubre 2014 por Pandora Magazine @PandoraMgzn
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Hay momentos de la historia que no suelen quedar reflejados como parte esencial que los estudiantes de bachiller deban tener en cuenta en sus exámenes. Puede que a veces nos centremos demasiado en fechas, datos, estadísticas y momentos puntuales de la historia, dejando de lado esos pequeños hechos que puede que no tuvieran repercusión más allá de su época, pero que afectaron a una parte importante de la población en ese momento.

En el libro que os queremos recomendar hoy, Maximiliano y Carlota, la tragedia de los Habsburgo en México, de Gene Smith (Editorial Juventud, 2003) tenemos ese claro ejemplo con la historia que envuelve a Maximiliano, hermano del emperador Francisco José I de Austria, y su esposa Carlota de Bélgica. No es un fragmento de la historia que suela estudiarse en la edad escolar. De hecho, recuerdo que de todo lo que aconteció a la casa de los Habsburgo solo tuve conocimiento en los libros de texto de lo que sucedió con el estallido de la Primera Guerra Mundial. Para ahondar en ese momento histórico, debías buscarte la vida, básicamente. Personalmente siempre he sido de las que disfrutan con los detalles históricos, con las vidas de los que nadie suele hablar, de los olvidados por momentos. Es como hacer que sigan vivas ciertas personas que solo por haber vivido ese tipo de hechos, ya merecen ser recordadas.

Maximiliano no era ni mucho menos un tirano. Es recordado incluso por ser en cierta forma liberal con sus medidas e ideas. Puede que fuera por eso mismo que su hermano le envió a él y a su querida Carlota a México. Allí se proclamó emperador cuando acababa de cumplir la treintena. Un joven apuesto y liberal al mando de un país que no dejó de luchar, con Benito Juárez al frente, hasta expulsar de sus tierras a los gobernantes impuestos desde fuera. Y para ello no dudaron en fusilar con tan solo 34 años a Maximiliano. Carlota, intuyendo lo que podía suceder en cualquier momento, había vuelto a Europa meses antes en busca de ayuda. Enloqueció intentando que alguien les ayudara y la recluyeron finalmente, no dejándola regresar junto a su marido. Falleció sesenta años después. Nunca supo del trágico destino de su amado. Una triste historia de dos enamorados que hasta en sus últimos momentos no dejaron de pensar el uno en el otro.

Una cuidada edición, con fotografías en blanco y negro y una certera traducción a cargo de Juan Antonio Campuzano. Un drama histórico que estremece a todo aquel que tiene la oportunidad de adentrarse en él. La tragedia de quien lo dio todo por sus ideales, poniéndose incluso en contra a quienes le habían llevado hasta allí, algo que precipitó su caída y fusilamiento posterior. Puede que a veces haya habido monarcas que han intentado hacer las cosas bien pero no tuvieron el tiempo suficiente para que se les reconociera su esfuerzo. Puede que no fuera el mejor momento para intentar cambiar las cosas alguien que venía de muy lejos, demasiado para los mexicanos que intentaban conseguir por todos los medios la libertad para su pueblo por ellos mismos. A veces no basta con intentar hacer bien las cosas, dos personas pueden querer lo mismo y sin embargo no llegar a ningún entendimiento. Puede que éste sea otro de los puntos más tristes de este breve momento de la historia.

Triste destino para un emperador cuyas últimas palabras antes de ser fusilado fueron precisamente “¡Viva México! ¡Viva la Independencia!”.


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