Revista Cine
Historia sencilla pero efectiva y visualmente impactante
Publicado el 20 noviembre 2012 por Porti4769 @Diego_PortilloEL QUINTO ELEMENTO (1997)
La película que nos ocupa está dirigida por el francés Luc Besson ("Nikita", "El Profesional (León)", "Juana de Arco"), el apodado "Michael Bay francés" debido a su estilo muy similar al realizador americano (grandes dosis de acción y guiones que, en la mayoría de los casos, consiguen el aprobado bastante justito). La diferencia entre el francés y el americano es que el primero no sólo produce y dirige, sino que muchas veces escribe o colabora en sus guiones, por lo que es también "culpable" de la calidad del libreto.
En este filme ocurre lo mismo, puesto que el guión es bastante sencillo para lo que podríamos esperar de una historia de acción y ciencia-ficción. Sin embargo, el realizador consigue aportar su sello personal al conjunto, ofreciéndonos una de sus películas más personales y elevando notablemente el resultado final del mismo. Para ello juega la baza del humor, introduciendo el mismo en los momentos más apropiados y sin llegar a saturar o molestar al espectador en la mayoría de los casos (hay gente que no soporta al personaje de Ruby Rhod, pero son espectadores puntuales y es un personaje lo suficientemente secundario como para no enturbiar el conjunto pese a que ocurra esto).
A este resultado final también ayuda en gran medida un casting escogido espectacularmente. Empezamos con un Bruce Willis (la saga "La jungla de cristal", "Pulp Fiction", "Armageddon") insuperable es su papel del malhablado taxista Korben Dallas ("Sólo conozco dos idiomas: inglés con tacos e inglés sin tacos"). Una Milla Jovovich (la saga "Resident Evil", "Juana de Arco"), por aquel entonces prácticamente desconocida, como Leeloo ("Los humanos sois muy extraños, todo lo que creáis lo usáis para destruir"). Un Gary Oldman (la nueva trilogía de "Batman", la saga "Harry Potter", "Air Force One") espectacular, como siempre, que interpreta al villano Jean-Baptiste Emanuel Zorg ("No me gustan los guerreros; estrechos de miras y nada finos. ¡El honor, el honor ha matado a millares y nunca ha salvado a nadie!"). Y por último, un acertadísimo, divertidísimo e histriónico Chris Tucker (la trilogía "Hora Punta", "El dinero es lo primero", "Jackie Brown") como la megaestrella de la radio, Ruby Rhod ("¿Verde? ¡Superverde!"). Las frases entrecomilladas dichas por cada personaje definen de manera bastante acertada la mentalidad del personaje interpretado, no están seleccionadas al azar, además de que sirven para que aquellos que ya han visto esta película rememoren algunos momentos geniales de la misma.
Hay que mencionar que, pese a que poca gente lo sabe, no estamos ante una superproducción americana como puede parecer observando el casting tan internacional que protagoniza la cinta, sino ante una producción francesa que, no obstante, contó con un presupuesto estimado en unos 80 millones de dólares, algo nada desdeñable para la época.
También cabe destacar como curiosidad que el vestuario de la película está enteramente diseñado por el prestigioso modisto francés Jean-Paul Gaultier, quien logra crear un vestuario en consonancia con el futurista mundo que nos presenta la película (coches voladores, viajes intergalácticos, ciudades superpobladas…), enriqueciendo el resultado visual de la obra de manera notable.
Otra de las grandes bazas de la película es un montaje más que correcto, con algunos momentos verdaderamente brillantes. Cabe destacar especialmente cuando se nos realiza un montaje en paralelo entre una actuación de ópera de "La Diva" y una violenta pelea y tiroteo en las habitaciones de un crucero galáctico.
Podemos concluir afirmando que estamos ante un producto muy correcto, que si bien posee un guión relativamente normalito, que no destaca especialmente dentro del género, nos permite pasar un buen rato gracias a un correcto tratamiento de los personajes, una cuidada elección del casting, un desarrollo de la historia bastante adecuado y unas buenas dosis de humor para sazonar la acción y romper los momentos de mayor tensión.