Revista Cultura y Ocio

Historia vulgar

Por Finicolasgafas @Finiconlasgafas
Los recuerdos son traicioneros, malditos como una mala digestión. Bajan rápido, dejando engañosas sensaciones, olvidando errores de bulto. Son de color, cuando sencillamente fueron de un gris feroz. Cuando intentas escribir tu historia, te sale la de otro. Cuando piensas dejar luces solo quedan sombras. Intenté hacer de la excelencia mi bandera y solo conseguí brillar con el mejor de mis fracasos. Tenemos la virtud adormecida y el corazón hipotecado. Alrededor del pesar más profundo solo queda insignificante compasión y tristeza. Estamos hechos de lo que no hicimos y los hechos así lo demuestran. Cuando era joven era un redomado imbécil y al escribir mi historia intento poner Botox y excusas a aquel personaje falto de talento. Las historias vulgares no engañan a nadie. De huidas mi camino está pletórico. Si lo pienso, soy un héroe en la mejor de las cobardías. Hay momentos para no escribir, ni esbozar siquiera. Pero cualquier vida lamentable tiene su algo de gracia, su momento dulce, aunque sea porque se recuerda con bondadoso esfuerzo para dejarlo escrito en el libro de su vida. No hay historia más universal que una historia vulgar.

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