Como todos los días, mi jornada comienza fichando con mi huella digital, en un fichero en el que te puedes tirar un rato si le da por no leerte la huella. Entro y saludo al jefe de turno y a mis compañeros de coordinación final, y me dirijo a coger equipos, actualmente tenemos coche, cascos y el teléfono móvil. Antes disponíamos de walkie, pero ya no, y a veces se echa de menos. Anoto los equipos que he cogido y cruzo la sala hacia los ordenadores de los coordinadores. Una hilera de ordenadores me esperan y busco uno libre.
Es delante del ordenador cuando te sientes como ante un sorteo, te puede tocar cualquier vuelo, bueno o malo, muchos o pocos...buscas tu nombre en el ordenador y descubres qué te ha tocado.
Esta vez ha tocado una llegada y salida, y comienzo a preparar un poco el vuelo, dependiendo del coordinador, cada uno lo prepara de una manera, yo soy breve y voy a lo básico, me interesa saber el parking, las horas estimadas de llegada y salida y saco la instrucción de carga (llamada LIR) donde compruebo también si se espera cargo o algo especial. No hay nada relevante, enciendo el móvil, introduzco mis datos y cargo el vuelo asignado.
Con la LIR, y los equipos listos, es momento de salir a buscar el coche, voy con tiempo, aunque no siempre es así, por eso aprovecho para despejar unos minutos la mente y disfrutar de las vistas, que son siempre un privilegio.
B747 después de probablemente haber sido desinsectado
B777 de Aeromexico
Una vez en el parking, lo primero es comprobar que está limpio y despejado. Casi instintivamente buscas con la mirada al equipo de rampa, a los mecánicos y a todo aquel que necesites, a veces están, a veces no, pero eso te va dando una idea de lo que hay, anticiparse es fundamental en el puesto de coordinador para evitar retrasos.
Mientras estoy en el parking recibo la llamada de la jefa de turno, hay un ligero cambio, ya no va a ser llegada y salida de un mismo avión, si no que llega el avión y la tripulación se cambia a otro avión que es el que yo coordino. Un pequeño cambio de última hora, que tampoco supone un gran trastorno si todo se coordina y gestiona bien.
Ambos aviones llegan y yo coordino la llegada del avión que después coordinaré de salida, pero estoy muy pendiente del avión en el que llega la tripulación de salida, que está a dos posiciones de mi parking.
Al llegar el avión, el equipo de rampa calza el avión y yo aviso al comandante con los calzos puestos, y me dirijo a realizar la inspección exterior del avión, chequeo visualmente el avión buscando impactos de ave, golpes en la puerta de la bodega, pérdidas de líquido o cualquier otra cosa relevante. Es importante hacerlo con calma para no dejar pasar ningún punto.
Subo por las escaleras del finger hacia la puerta del avión, el vuelo suele llevar ya un minuto o dos desembarcando y voy marcando las horas en el móvil. Saludo a la tripulación y compruebo que no hay ningún problema y que no necesitan nada especial en la llegada. La tripulación termina su jornada y me preguntan por la furgoneta de transporte del avión a la oficina de firmas de la compañía.
En mi mente está el otro vuelo en el que llega la tripulación de salida de mi avión y decido acercarme para hablar con el comandante. ¿Tienes los planes de vuelo con el nuevo avión? Me dice que no, y eso supone que hay que ir a buscar los nuevos planes de vuelo, llamo a firmas para que me los tengan preparados, y me voy a recogerlos, al volver los dejo en el avión de salida, aunque la tripulación aún no ha llegado desde el otro avión.
Unos minutos después, llegan y todo se pone en marcha. Con el plan de vuelo les pregunto por el combustible para ir cargando el avión, este dato se lo comunico a mantenimiento para que selecte la cantidad y comience a repostar.
La sobrecargo del vuelo me pregunta por las cenas de tripulación y llamo al cátering, me dicen que enseguida las llevan al avión.
Se nota mucho cuando es una escala cómoda porque todos estamos relajados y podemos tomarnos las cosas con algo de calma.
Subo a la puerta de embarque y pido la documentación del vuelo, es decir, la lista de pasajeros con la información especial, la cantidad de maletas y algún otro documento dependiendo del vuelo.
Al bajar a la tripulación la información sobre pasaje ya estoy a la espera de que me den el OK para comenzar el embarque, ellos terminan de chequear el avión y comenzamos el embarque, todo continúa en hora.
Una vez comenzado el embarque, es un buen momento para preparar los cascos en el avión, revisar cómo van las maletas y chequear si ha llegado el pushback. Esta vez hay suerte, las maletas han llegado todas y el capataz me devuelve la LIR completada que antes yo había impreso. Como si de una checklist mental se tratase, voy completando la lista de cosas que he de hacer... LIR --- completada.
Han pasado ya varios minutos y subo por el finger a comprobar cómo avanza el embarque, es un buen referente para saber si el vuelo saldrá o no en hora, y todo avanza muy bien, incluso mejor de lo esperado, apenas quedan un puñado de pasajeros y quedan unos 15 minutos para la salida del vuelo.
Espero con tranquilidad a que termine el embarque y me confirman que todos los pasajeros están abordo. Eso es perfecto porque no hay que buscar maletas, ni nada y el vuelo está listo para salir, sobran unos 8 minutos desde que entra el último pasajero y eso da mucho margen para terminar el intercambio de documentación con el comandante, cerrar puertas, hacer otra revisión exterior y retirar el finger del avión.
Con todo listo me conecto con los cascos y aviso al comandante de que estamos listos. Aún quedan varios minutos y esperamos con todo listo para movernos.
El comandante pide autorización y me avisa de que podemos hacer el pushback y la puesta en marcha. Comenzamos.
Le pido al comandante que suelte los frenos y le indico al conductor del pushback que el avión ha soltado frenos y que debe aproar el avión en una posición de morro al norte. Iniciamos el pushback y a los pocos segundos, la puesta en marcha de los motores a la voz de libre el motor 2!!! A continuación el 1 y les aviso de que el remolque ha terminado y que pongan de nuevo frenos mientras desconectamos el pushback. Cuando las dos puestas en marcha han sido correctas, el comandante me avisa y desconecto los cascos y me voy a un lateral para darle el OK.
Despedirte del avión te permite respirar...pero el trabajo aún no ha terminado, falta cerrar el vuelo, reunir y archivar toda la documentación en la oficina.
En esta ocasión, también me sobran unos minutos para respirar después de cerrar el vuelo, ha sido un día tranquilo, el vuelo ha salido sin problemas y en hora, sólo falta devolver equipos y esperar a la hora para fichar y despedirme de mis compañeros hasta el día siguiente. Por supuesto, no todos los días son así de tranquilos, y cualquier pequeño detalle lo puede desestabilizar todo, es por ello que siempre debemos anticiparnos y tomar decisiones en poco tiempo que a veces supone que pasajeros que no llegan a su hora se queden en tierra o que sus maletas no lleguen en su vuelo al destino y lleguen en alguno siguiente. No es fácil tomar esas decisiones al principio, pero con el tiempo comprendes que debes hacerlo por el bien de todos. Es sin duda un trabajo divertido, dinámico, pero también duro y estresante, que puede llegar a volverte loco en algunos momentos puntuales. Aun así, me encanta.
¿Llegáis a ver el pájaro observando sobre el bolardo verde? B787 Avianca
Saludos y buenos vuelos, espero que ahora entendáis mejor mi trabajo :)