Sigo publicando Historias de Lactancia gracias a mi maravillosas lectoras. Si quieres que publique tu historia de lactancia en el blog sólo tienes que mandármela a [email protected].
Hoy publico la historia de Yanet, una mamá cuya constancia seguro que inspira a muchas otras mamis con dudas. Te dejo con ella:
Mi hija tiene 5 meses y quiero contaros la historia de nuestra tetita. Ya incluso antes de quedarme embarazada, cuando estábamos buscándolo, empece a informarme sobre la lactancia, lo tenía clarísimo, y gracias a ello descubrí los blogs sobre maternidad, a los que ahora soy adicta ;-).
Durante las clases de preparto mi mayor miedo era que se adelantase el nacimiento y no pudiese acudir a la tutoría sobre lactancia. Mi matrón me vio tan interesada que me presto un DVD “El pecho no tiene horario” que os recomiendo, y que me dejo muy claro lo que era “a demanda”.
El parto fue muy bien, vaginal y aguante todo lo que pude sin epidural. A la hora y media estábamos en planta. La matrona me puso a la niña al pecho en la posición de las dos acostadas de lado, que sigue siendo nuestra favorita (cuantas tomas matutinas nos hemos quedado las dos dormidas y juntitas). Estuvo succionando dos horas! Los dos días y medio de hospital se pasaron con la teta al aire, las visitas se asustaban porque cada vez que venían nos encontraban igual.
Tuve que escuchar muchas veces el: que horror, otra vez! (y yo pensaba: ignorantes). La niña tenía la mandíbula muy tensa y me hizo heridas, cada vez que pedía comer yo sudaba pensando en el dolor que me esperaba, que junto con el agotamiento casi me hace pedir biberón. Gracias al apoyo de mi marido y de la matrona, que me ayudo a hacer una toma algo menos dolorosa, pasamos el escollo.
La tarde que llegamos a casa tuve la subida de leche. A partir de ahí vinieron dos meses de sofá y teta. Como le digo a la gente cercana que empieza con lactancia, “comprate un buen cojín para poner debajo del culo”. Desde entonces las tomas son de menos tiempo. Hemos pasado las correspondientes crisis de crecimiento, pero yo siempre dispuesta a mantener lo que había conseguido, me limitaba a darla siempre que quisiera y se pasaban en unos días.
Otro acierto fue comprar un sacaleches (estoy segura que me ha salvado de más de una mastitis) y un biberón especial que obliga a que el bebe succione igual que al pecho, para que no se acostumbrase a lo fácil si yo tenía que ir a algún sitio.
Hace un mes que me incorpore al trabajo, que está lejos de donde vivo y me paso casi dos días seguidos fuera de casa. Hice un banco de leche materna al que recurrimos cuando yo no estoy y que voy reponiendo con lo que me extraigo en el trabajo, y de momento nos va fenomenal. Vamos camino de los 6 meses, que para mi era el mínimo a conseguir, y la niña no ha probado otra leche que no sea la mía. A partir de aquí hasta que nosotras queramos, por mi cuanto más mejor.
Me gusta comparar la leche de fórmula con un traje de Zara y la materna con el que te haces a medida: tendrás que buscar un buen modisto, encontrar la tela y hacer muchas pruebas… pero merecerá la pena. Que mejor legado de salud para dejar a nuestros hijos?
Humanos, mamíferos e instintivos.
¡Muchas gracias Yanet por esta historia!
Si quieres leer los relatos de más de 50 madres lactantes entra aquí y lee el libro de mi amiga Mónica Salazar y si quieres contribuir con tu propia historia, escribe a [email protected]
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- La historia de Sandra
- La historia de Carlota
- La historia de Conchi
- La historia de Carla Candia
- La historia de Ana
- La historia de Susana
- La historia de Isabel María
- la historia de Ana María
- La historia de Alexandra
- La historia de Carolina parte 1
- La historia de Carolina parte 2
- La historia de Ingrid
- La historia de Eva
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- La historia de Luci
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