En la situación que estamos de un país desencantado de líderes, donde la imitación no tiene a quién imitar, y la fascinación se queda en casa aburrida, de nuevo surge una figura que es capaz de ilusionar con su talento y talante. Una figura que resurgida de las cenizas como el ave Fénix, nos demuestra que no vuelve Nadal sino vuelve una mejor versión de Rafa Nadal.
Su poderío es su mente y equilibrio emocional (ver mi entrada de blog de 20 Marzo 2010 titulada Coaching Deportivo. El papel del equilibro emocional. Elcaso de Rafa Nadal), su poder es también su equilibrio competencial al poder combinar potencia física, mental y talento o habilidad (ver mi entrada de blog 20 Marzo 2012 Nadal vs Federer: alquimias diferentes desde la gestión deltalento) pero también y sobre todo su capacidad de seguir disfrutando cada momento ilusionado y con confianza en tu juego (ver entrada en mi blog del 13 Septiembre 2011, Rafa Nadal, momentos de reflexión para encontrar su mejor versión). Santana decía de Rafa que no tiene límites y parece que así es, parece que como se dice en el coaching, los límites nos los ponemos nosotros mismos,… salvo Rafa.
En Febrero de 2012, después de un café con mis queridos amigos Xisca Sbert y Joan Vich que me presentaron a Toni Nadal y con quien compartí más de una hora de charla, no pude más que sacar conclusiones del aprendizaje de esa hora sabiendo que había estado delante de una persona crucial en la historia de Rafa. Intenté hacer memoria de cada frase, de cada gesto y de cada emoción, y fruto de ello saqué la entrada de blog con título Lecciones de Toni Nadal: 8 claves sobre la gestión del talento. Destacaba toda una sabiduría a través de ocho puntos que creía habían conformado el mensaje de Toni sobre su papel de entrenador y mentor de Rafa y que como una losa han interactuado con el talento y madurez de Rafa.
Leyendo el Marca y recreándome en las declaraciones recientes de Rafa tras vencer en el US Open destacaría cinco aspectos que creo nos pueden servir para nuestra vida profesional y personal. Y es que no hay nada como aprender desde el ejemplo, Rafa demuestra y después habla.
- “Hay que aprender a disfrutar del sufrimiento”. No es que queramos ser masoquistas por naturaleza pero no hace falta mucho pensar para ver sufrimiento a nuestro alrededor y la capacidad de luchar con estos entornos tan deprivados que tenemos últimamente. A esta capacidad se le llama resiliencia. Cuando hablamos en coaching de zona de confort, zona de aprendizaje y zona de pánico, distinguimos claramente entre ellas por la situación emocional que conllevan. En la zona de pánico el aprendizaje puede ser muy alto pero el coste también por lo que lo normal es la paralización. Y en la zona de aprendizaje hay un relativo disconfort o sufrimiento que es el que te permite seguir avanzando.
- “(Perdiendo) Estoy disfrutando buscando una solución e intentando generar opciones”. En muchas ocasiones la derrota o el ir perdiendo nos acaban tumbando la posibilidad de poder encontrar soluciones. Este saber estar ante la derrota o las situaciones negativas en resultados demuestra una gran confianza y la creencia de la propia competencia.
- “He intentado cada día hacer las cosas lo mejor posible”. A veces nos obcecamos con los resultados perdiéndonos el viaje de todo. Ese día a día es tan importante que hace que no sólo el viaje cobre su sentido como decía el gran poeta griego Cavafis: “Pide que el camino sea largo. Que sean muchas las mañanas de verano en que llegues, ¡con qué placer y alegría! , a puertos antes nunca vistos”…” Tu llegada allí es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje. Mejor que dure muchos años y atracar, viejo ya, en la isla, enriquecido de cuanto ganaste en el camino”.
- “A largo plazo el objetivo es seguir mejorando y tener la opción de ser mejor que este año”. El estandarte de Rafa es la mejora, siempre busca mejorar su versión actual, y eso le hace crecer constantemente. Cuando alguien hace de su cruzada personal el crecimiento profesional con este afán y constancia diarios es innegable que los resultados llegan. Esa es la bandera de la gestión del talento, una bandera que luce alta y orgullosa de seguir siempre ondeando por el crecimiento humano.
- “A lo único que aspiro es a no irme de la pista con la sensación de que no he hecho todo lo posible para haber podido cambiar la situación”. No sé si ganaremos o perderemos, pero al menos daremos todo lo que esté de nuestra parte. Ese sentimiento de entrega y compromiso más allá de lo contractual o explícito es lo que hace que podamos hablar de un compromiso profundo cargado de valores que orienta y guía los pasos de este gran deportista.
C. Marco