Revista África

Historias del exílio (23): mucho café 28.04.10

Por Chemacaballero

La conferencia no está mal. Empezó con las intervenciones de algún ministro del gobierno holandés y con algún representante de la Unión Europea. Discursos protocolarios llenos de buenas intenciones.  

HISTORIAS DEL EXÍLIO (23): MUCHO CAFÉ 28.04.10

  Pasado ese primer momento, debo decir que lo demás está resultando interesante. Lo mejor de todo es la posibilidad de discutir ideas, de ver distintos puntos de vista, contratar las distintas perspectivas según se venga del mundo de la universidad o de trabajar sobre el terreno, y, sobre todo, el conocer a tantas personas distintas con experiencias tan ricas y con tantas ganas de compartir.

   Después de las ponencias hay trabajo en los distintos grupos en los que se ha dividido la conferencia para poder estudiar temas concretos. Yo estoy en uno en el que se intenta ver el enfoque holístico y multidisciplinar de los proyectos, tema que es la base de mi ponencia.

   Tampoco es que el trabajo sea mucho. Cada dos horas hacemos un alto para tomar un café. Es agua sucia, y hay que ver la cantidad que pueden llegar a beber, a lo largo del día, los europeos. Yo, a veces pido agua, por variar, pero no está disponible. Como no estoy acostumbrado a beber tanto café, la primera noche de la conferencia me costó mucho dormir y al día siguiente me fue difícil concentrarme.

   En la comida, a base de sándwiches y bocadillos llenos de ensalada y pepinos, que se ofrece en la cafetería de la universidad, hay leche y zumo de naranja para beber. Yo he dicho que ya que no tienen cerveza, al menos pongan agua fresca para pasar tanta hierba. Parece que me han hecho caso y han aparecido garras de agua con hielo en las que está escrito “water”, para identificarlas, como si fuera algo exótico y desconocido. Comprendo que con tanto canal, la gente de Ámsterdam esté un poco harta de tanta agua.

   De todas formas, este tipo de encuentros internacionales son positivos si sirven como punto de partida para una discusión más a fondo de los asuntos que se tratan, porque sino todo queda muy superficial. Parece que lo importante no es la discusión o la profundización en los temas sino los comunicados finales que podamos producir y claro, nos perdemos en discusiones semánticas sobre qué término o qué adjetivo es el más apropiado y el más inclusivo y el más descriptivo,…

   En medio a todo este mundo me doy cuenta de lo atrasado que estoy. Los otros ponentes traen powerpoints con el resumen de sus ponencias que van pasando mientras hablan. Algunos, incluso intercalan fotografías de los proyectos en los que trabajan para ilustrar sus puntos. Todo esto ayuda bastante a seguir las charlas y a centrar la atención. Yo, en cambio, voy a pelo, así que tendré que modernizarme para la próxima vez.

HISTORIAS DEL EXÍLIO (23): MUCHO CAFÉ 28.04.10

A las cinco de la tarde termina el día y entonces salgo disparado para el metro y me voy hacia el centro a patearme la ciudad. Siempre se une alguien porque enseguida hemos creado un buen grupo. La ciudad da sensación de alegría y tranquilidad, a pesar de que en el Dam hay montada una feria con noria, casetas de juegos y fritangas y mucho ruido.

HISTORIAS DEL EXÍLIO (23): MUCHO CAFÉ 28.04.10


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