Me llevan al sótano de cambio ideológico llamado 1984. A la habitación 101. (*)En la pared hay un cuadro de Van Gogh: Girasoles.También hay un cartel que dice: nos honra tenerlo aquí, con nosotros. Más allá otro cartel que dice: G2 para servirle.
Antes que empiece el interrogatorio le digo al torturador, un fanático musulmán de ideología turbia y con acento yihadista, pero que parece buena gente, que si no cree que Van Gogh en vez de pintar girasoles debió pintar unas hojitas de hierbabuena.
Me dice que no, que cómo se me ocurre tal cosa, porque las hojitas de hierbabuena son para preparar el mojito cubano. Seguidamente y en plano confidencial agrega, que si salgo yo librado de esta, entonces algún día nos tomaremos algunos mojitos cubanos o margaritas con ron blanco Bacardí y hojita de menta y acompañados, eso sí, de morenas rocheleras.Nada mal para ser un yihadista, me digo a mí mismo, se nota que hay muchos inventos sobre esa gente.
Le manifiesto pues al torturador que cuente conmigo, que se me hace la boca agua con eso de los mojitos cubanos y las morenas rocheleras.
(*) Reedición de un antiguo post. Año 2006. Imaginación fabulatriz.