Revista Asia
Fue desde el año 1993 cuando ella ya no pudo ser beneficiaria del reparto alimentario. El efecto ha sido devastador. Su esposo falleció por una enfermedad relacionada con la malnutrición tres años después. Tuvo que coger una cesta y coger cualquier planta que tenga una apariencia bastante comestible. "He oído que había gente que por ingerir plantas venenosas, han muerto por intoxicación. Algunos de ellos, de una forma lenta y muy dolorosa. Aún no he tenido la mala suerte de comer dichas plantas pero cualquier día me puede pasar". Admite que tragó por equivocación y falta de experiencia tierras pero su cuerpo seguía aguantando.
Desde que su hijo, su nuera y sus nietos padecen los primeros síntomas de la inanición, ella ha decidido pedir ayuda a sus familiares que residen en China durante los meses del invierno. Aunque no lo quiera, espera que haga más frío y que río esté congelado para recibir comidas. "No soy consciente de la fuerte vigilancia que existe por esa zona. Se trata de salvar a mi familia que ya no tienen fuerzas ni para moverse. Yacen todo el día en el suelo esperando que alguien le lleve algo de comer en sus bocas". Hace pocos días, se había ido a las montañas a ver si algunos pastos no estaban congelados. Sin éxito. Tendrá que esperar unos días más a ver si la situación mejora.
El diario de Corea del Norte