Otro jueves más os traigo otra historia real de infertilidad.
Cuéntanos algo de ti. ¿Cuál es tu nombre o pseudónimo? ¿Qué edad tienes? ¿Tienes blog, Twitter o Facebook?
Hola, tengo 34 años, pueden llamarme Sara. No uso las redes sociales para hablar de este tema por lo que esta sección de tu blog me viene fenomenal para desahogarme y que mi historia pueda servirle a otras como a mí me han ayudado las que he leído.
No le hemos contado a casi nadie, pues ya es suficientemente difícil de procesar como para que más gente te haga preguntas, aún cuando sean con todo cariño, igual son dolorosas, hemos preferido dar buenas noticias a todos cuando las tengamos nosotros.
¿Cuánto tiempo has intentado quedarte embarazada de forma natural? ¿Estás buscando tu primer hijo?
Sí, es el primer hijo.
Ya he perdido la cuenta, creo que fue hace unos 6 años cuando decidimos empezar a intentar, pero sin agobiarnos mucho. Mi ginecólogo solo me mandó hacer un análisis para saber si ovulaba y como salió que sí, solo seguimos la vida esperando que la sorpresa llegara al natural.
¿Cuál es el diagnóstico por el cuál no conseguís el embarazo?
Le mandaron a mi marido el espermograma y aparecía que tenía alguna infección, así que fuimos con el urólogo, quien tras un espermocultivo nos dijo que tenía una infección bacteriana que es difícil que dé síntomas pero que provocaba que bajara la cantidad, motilidad y calidad del esperma y que posiblemente era la causa.
Así que nos sentimos aliviados, solo era cuestión de tomar los dos un tratamiento con antibióticos. Pero la dichosa bacteria era resistente y pasamos tres meses con tratamiento hasta que cedió. Luego estuvimos un año más intentando al natural y nada. Así que decidimos ya buscar un especialista solo para saber si había algo más que corregir.
Fuimos a una consulta, llevamos los análisis que teníamos y el médico sugirió un gran paquete de pruebas más que podíamos hacer allí mismo, incluída la histerosalpingografía (qué experiencia más horrorosa) y otras más. Ya estábamos ahí así que nos pareció cómodo hacer todo lo que se podía, pero cuando pasamos a pagar ¡era un cuentón! habíamos hecho análisis antes y teníamos una idea de lo que costaría pero lo sentimos exagerado.
Yo pedí que me enviaran el resultado a mi correo en cuanto estuviera, pero no me los enviaron y cuando llamé para pedirlos me dijeron que tenía que hacer otra cita (y pagar otra consulta por supuesto). En ese momento yo ya estaba furiosa, eran nuestros resultados no del doctor. Finalmente fuimos a la consulta para escuchar el diagnóstico y que nos entregara los resultados (ya había sido mucha la inversión), el médico nos explicó que todo se veía bien y que no había ninguna causa aparente de infertilidad, solo faltó de hacer la de fragmentación de ADN espérmático (que era otra pasta y no nos alcanzó en ese momento).
¿A qué tratamientos de fertilidad te has sometido? ¿Vas a someterte a alguno más?
Tan pronto dijo que no había causa aparente, nos explicó los “paquetes” que manejaban en la clínica: paquete 1 con x ciclos de IA que les incluye… Paquete 2 de FIV que le contiene… Nos sentimos como si lo que llevábamos era un automóvil a un taller mecánico antes de Semana Santa y nos estaban vendiendo los paquetes de verificación más elaborados cuando solo hacía falta un poco de aire a las llantas y mirar los frenos.
Nos sentimos estafados, ¿cómo nos decía que no había explicación pero que nos ofrecía estos tratamiento invasivos? (no estabamos listos para escuchar eso aún) y es que no tenía evidencia para sugerirlo.
Así que pasaron algunos meses más, en lo que nos recuperábamos del desembolso, y decidimos ir a otra clínica con todos aquellos estudios y hacer el que nos faltaba, el de la fragmentación. En esta nueva clínica fue otra la atención, desde luego qué diferencia cuando te sientes en verdad escuchado y que en verdad les interesa ayudarte en tu proceso (claro que de eso viven, pero los hay también más profesionales y con trato más humano).
Aquí hicimos lo que faltaba y resultó que la fragmentación no andaba muy bien, no sé detalles técnicos pero en una escala del 1 al 4, los espermas estaban en un 2, que lo ponía difícil aunque no imposible, por lo que nos sugirió intentar primero con un multivitamínico unos meses y luego un ciclo con Omifín (que me sentó fatal) y nada de resultados.
Empezamos a pensar en la IA, hicimos 2 IA y nada. Nos dijeron que podríamos probar hasta 4 antes de pensar en la FIV. Pero claro que cada ciclo de IA era otro dineral y la FIV tenía mejor pronóstico. Así que después de esos dos empezamos a hablar de la FIV.
No fue una decisión sencilla, uno no piensa que va a necesitar ese tipo de ayuda tan invasiva, y qué pasa con los embriones, y si resultan muchos y si pegan 2 a la primera y no queremos más ¿cómo vamos a dejar a los otros congelados? Para nosotros son ya un ser humano en potencia, nuestros hijos en potencia… fue muy duro, leímos mucho, hablamos mucho con el médico (quien nos habrá explicado todo con la misma paciencia y cariño unas 3 o 4 veces).
Luego el tema del dinero, todos nuestros ahorros y un crédito a plazos para pagar y no hay garantías. Al fin nos decidimos y comenzamos el ciclo de FIV, sacaron 10 ovocitos, fecundaron 6, quedaron 2 que congelaron en día 3 y uno que iba lento pero que al esperar más llegó a blasto, nuestro tercer campeón. Tuve mucho riesgo de hiperestimulación así que el médico decidió que era mejor congelar y esperar otro ciclo. Me transfirieron los dos primeros en mayo y la beta fue negativa, lo cual resultó un golpe muy duro.
Ahora estoy en la betaespera de mi último blastocisto con mucha ilusión, tranquilidad y optimismo.
¿Qué opinas de la ignorancia que existe alrededor de la infertilidad?
Como leía en otras historias, creo que somos parte de ella, pues es un tema tan doloroso que cuesta trabajo hablar de él con personas que no estén pasando por algo así.
Pero también creo que los profesionales de la salud, en particular, si no están especializados en el tema, no suelen contar con habilidades de comunicación y empatía o creen que porque no has estudiado medicina no eres capaz de entender (más bien son ellos los incapaces de explicar con claridad muchas veces).
Hace mucha falta un acompañamiento emocional paralelo al proceso, mi clínica ofrece una referencia externa, un par de sesiones con una psicóloga, pero no fueron muy útiles pues ella no se especializa en este tema y nos trató como cualquier otra terapia de pareja.
Las personas alrededor no miden la imprudencia cuando saben de sobra que llevas años diciendo aquello de “sí si queremos tener hijos, ya estamos en eso”, y aún te lanzan en cada oportunidad la incómoda pregunta de “¿y ustedes para cuando?”, como si dependiera solo de nosotros.
¿Qué le dirías a otras parejas que, como vosotros, se tienen que enfrentar a un tratamiento de reproducción asistida?
Encontrar un centro y un grupo profesional que tenga la sensibilidad de entender en qué momento estás de este proceso de búsqueda y que te sepa acompañar es fundamental. Si su intuición les dice que hay algo más síganla y pidan una segunda o tercera opinión.
Muchas gracias Sara por compartir tu historia con nosotros. Te deseo muchísima suerte con vuestro congeladito. ¡Ojalá os traiga la felicidad!