Revista Cine
El habitual lector y comentarista de este espacio, Tyler, se pregunta (y me pregunta y le pregunta a la comunidad) por qué si a Hitchcock le perdonamos todas las licencias con la verosimilitud que existen en sus películas -Tyler me menciona la absurda premisa que inicia la acción en Intriga Internacional; yo agregaría la increible planeación del asesinato en De entre los Muertos-, a Christopher Nolan algunos críticos y cinéfilos no le dejan pasar nada. Siguiendo con la línea que plantea Tyler, aceptamos perfectamente que puede haber botellas de vino con uranio en la obra maestra de Hitchcock Tuyo es Mi Corazón pero no le creemos a Nolan cuando nos plantea que puede existir una máquina que nos permite entrar en los sueños de otros, como sucede en El Origen. ¿Es esto justo, se pregunta Tyler?En lo personal, no tengo ningún problema con El Origen, como lo indiqué en su momento por acá, aunque sí los tuve con el primer Batman de Nolan -insisto: hasta la fecha no sé qué demontres quería el susodicho villano. Sin embargo, creo que en esto último pueden radicar algunas diferencias entre los dos cineastas: la solemnidad de Nolan frente a la ligereza y/o romanticismo de Hitchcock. Me explico: Hitch, al final de cuentas, quería entretener al respetable y sus cintas están llenas de guiños y humor. Era el primero que no se tomaba en serio los predicamentos de sus personajes -véase Los 39 Escalones, La Dama Desaparece, Joven e Inocente, Intriga Internacional... Y cuando su cine no estaba en esta veta y era más serio -digamos, el caso de De entre los Muertos o Tuyo Es Mi Corazón-, había un romanticismo desatado del que era imposible librarse. Estas películas no eran graciosas pero sí emocionantes/emocionadas.Con Nolan, propongo, pasa otro fenómeno: creo que es uno de los mejores cineastas del mainstream hollywoodense contemporáneo -¿o de plano el mejor?- pero siento que no se divierte tanto haciendo cine ni pretende divertirnos a nosotros. Digámoslo así: Nolan, por la seriedad de su cine, por su impulso narrativo casi épico -el mejor ejemplo es El Origen-, se acerca más a un Griffith del nuevo siglo que a un Hitchcock corregido y aumentado. Nolan, propongo, es más ambicioso, más conciente de sus propias ambiciones y, acaso por eso mismo, menos dotado para entretener ligeramente... Y ustedes, ¿qué piensan?