La figura de Adolf Hitler fascina y repele al mismo tiempo. Sobre todo nos lleva a esforzarnos por comprender su personalidad desquiciada y contradictoria, y lo que llevó a todo un pueblo a seguirlo en su locura. El mangaka japonés Shigeru Mizuki es conocido por sus historias de terror y fantasmas basadas en los cuentos tradicionales de su país, que aborda con estilo feista y caricaturesco. Esta es, sin embargo, una obra radicalmente diferente. Una bien documentada biografía, contada con total frialdad, del mayor criminal que la historia ha visto. Con ella Mizuki entra en el más descarnado realismo. He dicho que el estilo del dibujante nipón es caricaturesco. Tal vez sería más acertado calificarlo de tremendamente expresivo, expresionista incluso. El contraste de los rostros esperpénticos, y sin embargo reconocibles, de los personajes de Hitler la Novela Gráfica situados sobre los cuidados fondos, a veces de una exactitud fotográfica, le da una profundidad psicológica a este retrato que no lograría de otro modo más fiel.
Desde el principio el objeto de estudio es desvelado con total objetividad, dejando que se revele por sí mismo como un iluminado desequilibrado, como un personaje colérico, caprichoso y, sobre todo, megalómano, pero con una increíble capacidad de seducción sobre sus contemporáneos, como el mismo autor admite en el epílogo del libro. Se muestran las dudas que despierta a lo largo de toda su carrera entre sus propios colaboradores. Su mismo origen no puede ser más ridículo. Hitler es un mendigo sin hogar, sin trabajo ni dispuesto a tenerlo. La casualidad lo lleva al ejército y de ahí a una peripecia vital que arrasaría el mundo. Los inicios del partido Nazi, compuesto en un principio por un puñado de personajes excéntricos, jamás podrían haber llevado a pensar que fuera más allá de ocurrencias de borrachos. Sin embargo Mizuki muestra cómo una estrategia fulminante devuelve el orgullo a un pueblo humillado en una época convulsa en la que, ay, el nacionalismo extremo (vaya tautología) florece, no sé si les suena.
Con la perspectiva que da el tiempo, el artista japonés es consciente de que no se pueden comprender la cadena de sucesos que llevaron a Hitler al poder y al consecuente desastre mundial que supuso. Sin embargo es posible entender que en su momento no sólo la nación alemana, sino el resto de Europa y el propio Japón imperial se dejasen arrastrar por los acontecimientos propiciados por un solo hombre. Los líderes mundiales, excepto Winston Churchill, no quedan exentos de responsabilidad por haber cerrado los ojos ante la agresión expansionista alemana y optar por la paz a cualquier costa. Todas sus concesiones llevan a consecuencias aún más indeseadas y, por triste que nos resulte, queda evidente que hay guerras que sí son necesarias por irremediables, y que poner la otra mejilla lleva a acabar apaleado. Hasta la última página Hitler la Novela Gráfica es una obra ambiciosa que retrata a un personaje crucial en el momento más dramático de la historia del mundo con el pulso firme. Un relato tan minucioso que en momentos es excesivamente farragoso y aún así, como dije en la primera frase de este articulillo, resulta repulsivo y fascinante a partes iguales.
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