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Hobro IK, historia de una fe sin límites

Publicado el 09 julio 2015 por Squadraeterna @squadraeterna

Hobro IK, historia de una fe sin límites

Hobro es la localidad más grande del municipio de Mariagerford, que debe su nombre al extenso Fiordo de Mariager, enclavado en el punto más septentrional de la región de Jutlandia, en Dinamarca. La ciudad destaca por su milenaria fortaleza vikinga y sus añejas calles peatonales, saturadas de coquetos lugares de recreo. Con algo más de once mil habitantes, esta población se ha convertido en un reclamo turístico nacional.

Como en tantos lugares del país, la pandemia del fútbol no ha pasado de largo, por lo que el 27 de mayo de 1913 brotaría -al compás de la primavera- el Hobro Idræts Klub, sin cura posible que lo remediase. Nacería por la unión de utopías de unos jóvenes contagiados por el fútbol que verían como la entidad se hacía realidad el 13 de junio de dicho año, pero que no podría competir hasta 1920 tras la fusión con el Hobro Boldklub, un equipo que había aparecido durante esos días de verano.

Tras aquel momento, el sueño utópico sustentado por algún que otro doliente futbolero recorrería un camino repleto de zanjas de las que se saldría a flote con esfuerzo, unidad y pasión. Principal ética del club. Los primeros encuentros se disputarían en el Vilhelmsminde, una simple pradera idónea para la práctica del balompié. Recinto de breve uso, ya que se trasladarían a un lugar céntrico, al mercado de la ciudad, a priori, una zona en la que poder mostrar al pueblo la victoria de sus vikingos ante sus enemigos, que, por desgracia, se negarían a acudir debido al mal estado del terreno de juego, apodado posteriormente como ''pista de barro''. La llegada del Hobro Stadion en 1958, con el que vendría la primera alegría en la Copa de Jutlandia de 1961 ya que les encuadraría con el Boldklubben 1909, club hundido en el amateurismo actualmente, pero que tras la II Guerra Mundial emanaba grandeza con varios jugadores en la selección nacional, entre los que se encontraba el meta Svend Aage Rask, internacional en la Eurocopa del 64 y reconocido entrenador de porteros a las órdenes del Odense Boldklub. El resultado del encuentro (1-11) es pueril ya que fue una auténtica fiesta del fútbol registrando un record de asistencia con casi dos mil espectadores. El frenesí del balón inundaba la ciudad. La pasión acechaba pero se carecía de sustento económico en las categorías regionales, por lo que en 1970 se verían abocados a una cruda desaparición que se pudo subsanar en el último instante. Debido a que a pesar de estar en la ruina, la fuerza que cogía el deporte en los ciudadanos, hizo que el municipio les otorgara un préstamo sin intereses para así no extirpar a Hobro del mapa futbolístico.

Hobro IK, historia de una fe sin límites

Tras rozar con la guadaña y no desangrarse, la entidad tomaría medidas y pasaría a nutrirse de sus jóvenes, consolidándose como una entidad importante en el fútbol base. El punto de inflexión en su historia tendría lugar en 1999, cuando tras vagar por los campos de Jutlandia, el equipo juvenil se haría con el campeonato nacional. Este triunfo, sería el asentamiento de la primera piedra del plantel que hoy conocemos, con jugadores naturales de Hobro como Mads Justensen o Martin Thomsen.

Este triunfo supondría el crecimiento exponencial del club, por lo que en 2005 desembarcarían en la segunda división -tras sendas bancarrotas-. No desistieron y cual vikingos, aferrándose a la lucha y al esfuerzo para perseguir el ideal de sus fundadores, con el gol procedente de la atareada cabeza de Justensen ante Brønshøj, lograrían un histórico ascenso. Este hito se haría realidad al mismo tiempo que su centenario con una victoria contra pronóstico -al igual que la temporada en sí- por 1-2. Un cuento de hadas, y vikingos, claro.

"Hasta ahora siempre me vi más como un profesor de secundaria. Este ascenso hará que, probablemente, le dedique más tiempo al fútbol "

Estas palabras del veterano jugador -más de 200 partidos le avalan- Mads Justensen lo dicen todo. Un plantel donde practicamente la mitad de sus guerreros no son profesionales. En donde su día a día y el trabajo que les da de comer, es compaginado con sudor y esfuerzo con la práctica del deporte rey.

Convertidos en el orgullo de la ciudad y el municipio de Mariagerford llegaron incluso a ser líderes de la Superliga. Verdaderos superhéroes. Mantienen en vilo a la ciudad cada noche, soñando con escuchar la sintonía de los campeones del viejo continente cada semana. En clave futbolística huelga destacar a Jonas dal Andersen, el estratega de los alborotadores de la liga. Con un juego basado en la presión a la defensa rival o en su defecto en el repliegue, permite que tras una recuperación puedan lanzar un afilado contraataque. Plan sencillo, pero eficaz.

La intención para la próxima temporada es permanecer en la categoría de oro danesa y dotar de mayor importancia a sus equipos reserva, para así poder establecer una especie de autarquía en el club y poder mantener el nivel sin recurrir a viejos errores pasados.

El Hobro Boldklub lleva por bandera un lema, la unión siempre vencerá al negocio. Su historia es digna de inspiración para superarse caída tras caída, para que los rasguños sean causa de orgullo y no de vergüenza. Tras el 20 de julio de 2014, su partido a partido se ha basado en un once hombres ante once nombres, en el que siempre han triunfado los más osados; los vikingos de Hobro, un orgullo para Mariager. El HIK -apodo que hace referencia al club- ni nació ayer ni morirá mañana, pero su pasión siempre perdurará. Al igual que aún en día perdura la esencia del balompié que trajeron aquellos inocentes. Bendita inocencia y bendita su fe.

¡Su Su Superliga!


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