Acaba de estrenarse en la plataforma Netflix la película “Hogar”, un thriller que pretende aunar la intriga clásica con otras referencias más dramáticas y sociales. Y, ciertamente, en un inicio consigue captar la atención gracias a unos personajes cercanos y a una historia con expectativas de albergar un notable entretenimiento. Sin embargo, la trama va introduciéndose por unos laberintos en los que el propio largometraje termina por perderse. Los vericuetos por los que transita la narración, así como las herramientas empleadas para generar tensión y suspense, llevan a una serie de callejones sin salida de los que resulta imposible escapar con credibilidad. A medida que avanza el metraje, el relato resulta más inverosímil y deja por el camino demasiados cabos sueltos, hasta provocar la sensación de que sus autores han ideado un argumento que no han sabido concluir, enredados en sus propias trampas y maniatados a la hora de ofrecer un final creíble. En la cinta “The International: dinero en la sombra” se indica que "la diferencia entre ficción y realidad es que la ficción ha de tener lógica" y, en este concreto caso, la lógica se va perdiendo con el transcurso de los minutos. Àlex y David Pastor, responsables de “Infectados (Carriers)” y “Los últimos días”, se sitúan detrás de la cámara, logrando con unos acertados minutos iniciales obtener la atención del espectador. Se aprecia en ellos cierto manejo de las técnicas básicas de la narración, si bien caen finalmente en los recursos más tradicionales y repetitivos del género. De hecho, a medida que transcurre la proyección, se nota un declive que convierte a la película en un telefilm de sobremesa. Un publicista en busca de trabajo está padeciendo una situación de crisis económica que le impide mantener su lujosa casa y el nivel de vida que disfrutaba junto a su familia. Obsesionado por la pérdida de su estatus, se dedica a vigilar al nuevo ocupante del que era su hogar, entrometiéndose en su vida hasta perjudicarle intencionadamente, en un intento desesperado por recuperar su puesto privilegiado, aunque ello suponga poner en riesgo su matrimonio y la peculiar relación que mantiene con su hijo. Se detecta en el tratamiento de la historia una marcada tendencia a los convencionalismos, y también una dejación ante el reto de buscar fórmulas originales para plasmar cinematográficamente aquello que se desea contar. Antes de verlo en pantalla, ya se adivina lo que va a ocurrir, restando de ese modo la tensión y la intriga y, peor aún, el interés por el devenir del enredo. En definitiva, escasos riesgos e irregular resultado para un proyecto que prometía más de lo que ofrece. No obstante, el apartado interpretativo sí presenta un balance digno. Javier Gutiérrez, pese a las limitaciones derivadas de las carencias del guion, consigue hacer verosímil su personaje, convirtiéndose en lo mejor del largometraje. El actor asturiano es todo un referente en el panorama actual del cine español. Ganador de dos premios Goya, sus trabajos en “La isla mínima” y “El olivo”, entre otros, son realmente magníficos y, sin duda, sostiene sobre sus hombros el peso del film. Le acompaña Mario Casas, visto en las interesantes “El fotógrafo de Mauthausen” y “Palmeras en la nieve”. Se constatan ciertas limitaciones en su interpretación, aunque no todas imputables a él, pues esas insuficiencias en el guion y la realización puede que también afecten a su capacidad interpretativa. A cargo de papeles secundarios completan el reparto las actrices Bruna Cusí (“Verano 1993”) y Ruth Díaz (“Tarde para la ira”).
Trailer
Datos del filmeTítulo original: Hogar Año: 2020
Duración: 103 min.
País: España
Dirección: Àlex Pastor, David Pastor
Guion: Àlex Pastor, David Pastor
Música: Lucas Vidal
Fotografía: Pau Castejón
Reparto: Javier Gutiérrez, Mario Casas, Bruna Cusí, Ruth Díaz, David Ramírez