Hola, ¿es el enemigo?

Los que ya tenemos una edad el título del post nos habrá traído al gran Gila a la memoria y su ¿podrían parar la guerra? con su inconfundible teléfono de los de aquella época en la mano.

¿Y si el enemigo no fuera tan fiero cómo lo pintan? ¿Y si pudiéramos entablar una conversación con ellos y llegar a acuerdos satisfactorios para ambas partes? ¿Y si el enemigo está todos los días sentado a tu lado, o en la oficina de enfrente?

¿Y si el enemigo fuera nuestro compañero de trabajo? Eso es posible, claro que sí, por eso debemos ser capaces de identificarlos desde el principio, sobre todo saber si dicha enemistad es real o simplemente se ha basado en falsas impresiones.

En este artículo nos ayudan a identificarlos para saber cómo contrarrestarlos:

El agresivo.

Aquellos quienes manifiestan su agresividad con ataques directos (gritos, insultan y hasta escenas bochornosas en público). En este caso, lo mejor es que mantengas la calma y respondas en un tono de dignidad, en el que marques los límites profesionales.  De esta forma se hace ver que el que tiene un verdadero problema es aquel que manifiesta su agresividad (ya que no la sabe controlar) y no tú.

El hipócrita.

Puede estar sonriendo, pero, por detrás, puede hablar mal de uno y mediante el chisme y comentarios mordaces hacernos un gran daño en cuanto a nuestra imagen. En este caso, se debe enfrentar directamente, sin perder la sonrisa (utilizando la misma técnica de él) al hipócrita, quien se sentirá mal al ser desenmascarado, ya que lo que menos desea es ser descubierto.

El compañero mano a mano.

Se encuentra ubicado en la mesa de al lado (probablemente haciendo las mismas funciones que tú) y está pendiente de cualquier error que cometas para ir corriendo a comentarlo así como de pasada con el jefe de ambos. Este tipo de compañero considera que la empresa no es lo suficientemente grande para los dos y hará lo posible para que seas tú quién tenga que irse.  Ante esta circunstancia, debes esforzarte en tu desempeño, evitando darle razones a ese enemigo para que hable de ti y, al mismo tiempo, debes ignorarlo y no darle más juego.

Los que se agrupan con otros.

Habitualmente este tipo de enemigo no trabaja solo sino que se agrupa con otros (sus fieles amigos) para hacerte la vida imposible con sus indirectas orientada en la mayoría de los casos a tu vida personal (especialmente ataca en la cafetería de la empresa a la hora del almuerzo). Casi siempre resulta posible deshacerse de ellos utilizando a los que está utilizando como mediadores entre uno mismo y el verdadero agresor.

El misógino.

A pesar que nos encontramos en el siglo XIX, existen hombres que aún consideran que el sitio de las mujeres es el hogar y no la oficina y las ven como rivales que es necesario combatir y vencer (especialmente si la mujer ocupa un puesto importante dentro de la empresa y puede escalar a otro por encima de ellos). En este caso, se debe continuar realizando las funciones igual que siempre y manteniendo a raya cualquier comentario sexista que pueda ser emitido por ellos.

El autoritario.

El peor enemigo que se puede tener es el jefe. Siempre se ha considerado esa batalla como perdida, ya que en cualquier momento y por cualquier excusa, puede prescindir de sus servicios. En este caso, es mejor, una vez identificado este tipo de enemigo, comenzar de inmediato a procurar empleo en otra parte.

Y como no hay dos sin tres, por tercera vez en lo que va de semana, el maestro Bunbury – Bailando Con El Enemigo nos trae la pista musical del post de hoy:

Fuente: http://manuelgross.bligoo.com/20140223-como-identificar-y-tratar-a-los-8-tipos-de-mejores-enemigos-en-tu-trabajo

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Archivado en: RRHH Tagged: clima laboral, compañerismo, Gila, relaciones de oficina, RRHH